Tras las pasadas elecciones, el partido del sol azteca sólo contará con dos diputados federales y dos senadores, pero ya no podrán conformar bancada
Emergido de la vieja izquierda comunista que se dividió del partido de Plutarco Elías Calles, el PRI, pero que durante 1987 se unió con los priistas expulsados por encabezar la primera gran revuelta interna del priismo nacional, la Corriente Democrática, el PRD perderá este año su registro como partido nacional, pero también como partido local en 26 entidades federativas.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) no logró el 3% de las preferencias electorales para mantenerse como opción política a nivel nacional, pero de las 31 entidades federativas que realizaron elecciones locales este 2 de junio, el PRD sólo obtuvo una preferencia electoral que le permita conservar el registro estatal en Baja California Sur, con 6.4%; Guerrero, con 8.09%; Estado de México, con 4.09%; Michoacán, con 6.79%; Sonora, con 4.05% y Tabasco, con 9.05 por ciento.
En contraste, en entidades como Campeche, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Yucatán, su votación ni siquiera llegó al uno por ciento.
Hoy, el PRD es una fuerza marginal en el espectro político del país, luego de enfrentar 15 años de un innegable proceso de balcanización, protagonizado entre tres principales sectores internos: Los Obradoristas y otros grupos pequeños (Izquierda Unida), Los Chuchos (Nueva Izquierda) y Los Bejaranos (Izquierda Democrática Nacional), cuando Los Obradoristas no lograron el triunfo en la presidencia nacional del partido, con Alejandro Encinas.
De acuerdo con los hechos ocurridos en 2008, durante la elección del presidente nacional del PRD, Los Obradoristas se inconformaron con el triunfo de Jesús Ortega, de Los Chuchos, sobre Alejandro Encinas, lo que desató una guerra política interna, porque Encinas acusó a Los Chuchos de incurrir en trampas, al grado de acuñar el términos chuchinadas, en referencia al grupo político que lo venció en las urnas.
Fueron ocho meses de disputa interna que fueron provocados, porque una encuestadora informó que había ganado Alejandro Encinas, pero el conteo de votos mostró que el triunfador fue Jesús Ortega; sin embargo, el resultado no fue aceptado y con un 89% de las casillas, el órgano electoral interno declara ganador a Encinas.
Guadalupe Acosta, de Los Chuchos, asume como dirigente nacional interino, mientras la autoridad electoral interna ordena recuento de votos, en los que gana Jesús Ortega, pero ahora se inconforma Alejandro Encinas ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La autoridad electoral del PRD anuló las elecciones y Ortega impugnó ante el propio Tribunal. En noviembre el Tribunal ordena que se reconozca el triunfo de Jesús Ortega.
Aunque la crisis interna se superó con la decisión del Tribunal, la concordia que se trataba de lograr en medio de las constantes diferencias de las corrientes internas del partido ya no pudieron ser superadas, porque además, sólo dos años antes, en 2006, Los Chuchos había sido la voz discordante de la decisión de cerrar el Paseo de la Reforma por lo que los perredistas llamaron “el fraude electoral” que permitió el triunfo presidencia de Felipe Calderón.
A pesar de las diferencias internas, el grupo de Los Chuchos era el más numeroso, con cerca de medio millón de simpatizantes. En ese momento era más numeroso que Izquierda Unida, en la que también estuvo Marcelo Ebrard, entonces Jefe de Gobierno del otrora Distrito Federal, y que había negado una posición dentro de su gabinete a Jesús Zambrano, otro de los líderes históricos de Los Chuchos.
En 2011, todavía como integrante del PRD, pero distanciado de la dirigencia de Los Chuchos, Andrés Manuel López Obrador anuncia la creación de la asociación civil Movimiento Regeneración Nacional, donde además de perredistas podrían estar ciudadanos que no militaran en ese partido, pero que coincidieran con el objetivo de la agrupación.
En el marco de la elección presidencial del 2012, que el PRD volvió a perder, esta vez frente al priista Enrique Peña Nieto, y sólo los grupos cercanos a Andrés Manuel López Obrador emprendieron la lucha contra lo que volvieron a llamar el fraude electoral, mientras Los Chuchos se acercaban al nuevo equipo de transición de Peña Nieto, que encabezaban Aurelio Nuño, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, para proponerles lo que después se conoció como Pacto por México, como un parangón de los Pactos de la Moncloa de España.
Pero también, de manera paralela, López Obrador decide avanzar por su propia ruta. En septiembre del 2012 anuncia su renuncia al PRD y la decisión de convertir a la asociación civil Movimiento Regeneración Nacional en un partido político llamado Morena, por lo que llama a sus simpatizantes a comenzar a realizar las asambleas que permitan la construcción del nuevo partido.
La decisión de Los Chuchos de apostar por el Pacto por México fue repudiada por el resto de grupos perredistas internos, incluso por algunos integrantes de la entonces hegemónica Nueva Izquierda o Los Chuchos, como el entonces líder de los senadores del PRD, Luis Miguel Barbosa, quien se erigió como un frente del Pacto en el Senado, pero que no tuvo el éxito que esperaba, porque las reformas estructurales que se plantearon como parte del Pacto se aprobaron por unanimidad.
Los medios nacionales dieron cuenta de la forma en que Luis Miguel Barbosa, de la mano del entonces panista Ernesto Cordero, intentaron frenar en el Senado los acuerdos de sus dirigentes. Lograron cambiar contenidos en leyes electorales, de justicia y del paquete anticorrupción, pero no pudieron contradecir del todo lo asumido por el resto de sus compañeros y dirigentes partidistas.
A la par que se vivía otra lucha interna en el PRD, entre los partidarios del Pacto por México y sus críticos, el partido vivió un constante éxodo de sus militantes hacia Morena; incluso senadores perredistas se separaron de su militancia para ser los primeros en contribuir a la formación de Morena: el primero fue Adán Augusto López Hernández, de Tabasco.
Formado ya el partido Morena, en 2014, el éxodo de perredistas aumentó. El primero fue Manuel Merino, suplente de Adán Augusto López Hernández. De acuerdo con los anuncios mediáticos hechos por los propios senadores, el primero en renunciar a su militancia fue Rabindranath Salazar, quien hizo pública su salida del partido el 24 de octubre del 2014; después fue Mario Delgado, el 7 de enero del 2015; lo siguió Alejandro Encinas el 22 de enero del 2015; luego, Benjamín Robles Montoya el 26 de febrero del 2016; el 30 de enero del 2017 lo hizo Zoé Robledo y el 14 de febrero del 2017 lo hizo Armando Ríos Piter.
En marzo del 2017 se fueron Luis Miguel Barbosa, Lorena Cuéllar, Luz María Beristáin, Luis Miguel Barbosa, Humberto Fernández, Fidel Demédicis y Raúl Morón. La última perredista en sumarse a Morena, en los inicios del 2018, fue Dolores Padierna.
En Cámara de Diputados, los primeros morenistas se habían refugiado en Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano: Ricardo Monreal, Alfonso Durazo, Luisa María Alcalde, Rocío Nahle y Ricardo Mejía Berdeja, entre otros, que cuando Morena logró su registro oficial ellos solicitaron la conformación de su grupo parlamentario y lo lograron.
Pero a pesar de la evidente merma en el número de militantes y dirigentes conocidos públicamente, el PRD mantuvo presencia como tercera fuerza política nacional, pero decidió aliarse al PAN y a Movimiento Ciudadano en 2018 para conseguir más triunfos. Lo logró, pero el triunfo contendiente de López Obrador en la Presidencia de la República lo debilitó, al registrar más migraciones hacia Morena.
En 2021 decidió hacer frente con el PAN y el PRI, con quienes registró triunfos en Cámara de Diputados, pero descendió en la distribución de votos obtenidos en elecciones estatales desde entonces.
En agosto del año pasado, el PRD pudo acreditar ante el Instituto Nacional Electoral (INE) que tenía 999 mil 249 militantes; pero en las elecciones del pasado 2 de junio, pero no le alcanzó para mantenerse como partido político nacional, pues obtuvo un millón 121 mil 20 votos, equivalentes al 1.86% de la votación nacional para la elección presidencial; un millón 363 mil 12 votos para el Senado (2.27%) y un millón 449 mil 660 para la Cámara de Diputados (2.43%), por lo que no podrá ser partido con registro nacional.
Después de décadas de marginalidad, la izquierda comunista y socialista de México logró sus primeros avances electorales reales de la mano de los priistas de izquierda cardenista que fueron expulsados del PRI, luego de exigir democracia interna.
En 1987, esos izquierdistas históricos estaban agrupados mayoritariamente en el Partido Mexicano Socialista (PMS), que a su vez era una fusión del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT); Partido Socialista Unificado de México (PSUM); Partido Patriótico Revolucionario (PPR); Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) y Partido Socialista de los Trabajadores (PST), así como organizaciones como Unión de la Izquierda Comunista (UIC), la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR).
Pero en ese año se vivió la mayor revuelta interna que tuvo el PRI hasta entonces, con la Corriente Democrática Nacional, encabezada por Cárdenas, Muñoz Ledo y Martínez, que luego de ser expulsados se unen a la izquierda histórica para formar el Frente Democrático Nacional (FDN) para competir por las elecciones presidenciales de 1988, lo que se sumó a la fuerza creciente del PAN para sacudir por primera vez la hegemonía electoral del PRI.
El PRD, que tomó el registro del PMS, se formó oficialmente el 5 de mayo de 1989. Ganó la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, en 1997, 2000, 2006 y 2012; Baja California Sur en 1999 y 2005; Chiapas en Coalición con el PAN en 2000 y 2006; Guerrero, en 2005 y 2011; Michoacán en 2002, 2011 y 2015; Morelos, en 2012; Quintana Roo, en alianza con el PAN, en 2016; Nayarit, en alianza con el PAN, en 1999; Tabasco, en 2013; Tlaxcala, en 1999 y en 1998 y 2004, Zacatecas.
En 2006 fue la segunda fuerza política en Cámara de Diputados y la tercera en el Senado, pero ahora tendrá sólo dos diputados federales y dos senadores, pero que ya no podrán conformar bancada, porque el partido ya no tendrá registro nacional.
El dato
Contexto
El PRD había sido heredero de la izquierda en México, pero con el paso de los años las luchas entre las distintas corrientes fueron menguando la presencia nacional.
6 estados seguirán contando con presencia local del Partido de la Revolución Democrática.
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