*Las excretas del ganado porcino son sometidas a un proceso de tratamiento en lagunas y digestores anaeróbicos.
Granjas Carroll de México (GCM) ha implementado un innovador modelo de agricultura sustentable, que forma parte de su estrategia de economía circular. Este enfoque se centra en el tratamiento y reutilización de las excretas porcinas, convirtiendo un problema en una solución productiva y ecológica.
Las excretas de los cerdos, tradicionalmente vistas como desechos, son sometidas a un proceso de tratamiento en lagunas y digestores anaeróbicos. Ahí, la materia orgánica se transforma en biogás y lodo residual, ambos con aplicaciones prácticas y beneficiosas. El biogás se utiliza como fuente de energía, mientras que el lodo, tras ser desazolvado y composteado, es empleado como fertilizante orgánico.
En colaboración con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), GCM ha realizado pruebas de efectividad biológica, cumpliendo con las normas mexicanas NOM-004-SEMARNAT-2002 y NOM-077-FITO-2000. Gracias a estos estudios, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) validó el uso del lodo como fertilizante orgánico en 2018, lo que permitió a GCM aprovechar al máximo este recurso.
Desde la implementación de esta iniciativa, Granjas Carroll ha logrado desazolvar 37 lagunas digestoras, manejando un total de 429,260 metros cúbicos de fertilizante orgánico. Además, la empresa ha desarrollado alianzas comerciales para suministrar productos agrícolas a otros sectores agropecuarios y ha donado fertilizante orgánico a productores locales, contribuyendo a la recuperación de la fertilidad del suelo en comunidades vecinas.
En la granja 14, que utiliza un sistema de tratamiento basado en camas de paja, se ha composteado e integrado la cerdaza al esquema de fertilización, obteniendo resultados prometedores en la mejora de la calidad del suelo.
Para el cierre del presente año se espera manejar un total de 3,000 metros cúbicos de cerdaza y 10,694 metros cúbicos de lodo seco, lo que permitirá producir aproximadamente 24 toneladas de fertilizante orgánico envasado. Estos esfuerzos no solo mitigan el impacto ambiental de las operaciones porcinas, sino que también generan productos valiosos para la agricultura y reducen los costos de producción a los productores.
La iniciativa de GCM es un ejemplo de cómo la innovación y la colaboración entre la industria y el sector académico pueden resultar en soluciones sostenibles que benefician al medio ambiente y a productores de comunidades vecinas.
Con estas acciones, GCM se posiciona como un líder en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en México.
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