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Así nacen las esferas en Chignahuapan, el pueblo de la eterna Navidad


© Marko Cabañas


En Chignahuapan, Puebla, la Navidad se celebra todo el año. Te contamos sobre los artesanos que con creatividad manufacturan las esferas que decoran nuestros hogares.


Chignahuapan, Puebla, es la ciudad de la eterna Navidad, donde la producción de esferas para esta época más que una actividad económica, es un modo de vida de cientos de artesanos que le han dado prestigio a Chignahuapan a nivel nacional e internacional, ya que sus creaciones han llegado a muchos rincones del mundo.



Foto: Marko Cabañas.


El encuentro con este Pueblo Mágico nos toma dos horas y media de la Ciudad de México, para luego conocer esta actividad que emociona a chicos y a grandes, quienes abarrotan sus calles en esta temporada.


En el seno de este pueblo conocimos a María de Jesús Reyes “Doña Mary”, que lidera con ojo clínico su taller familia, pues si una pieza no es de su agrado, simplemente se cancela la producción. Doña Mary no duda en ponerse en el lugar de los clientes.



Foto: Marko Cabañas.


Los callos de sus manos delatan los años dedicados a decorar las esferas que adornan miles de hogares en nuestro país esta navidad. Al principio se mostró tímida, porque no le gusta hablar ante las cámaras. Después, ya entrada en confianza, no reparó en emociones, anécdotas y en presumirnos cada uno de los rincones de su taller y tienda. Primero nos mostró el área del soplado, donde toman escasos 30 segundos para transformar el vidrio, con ayuda del fuego y pulmones, en figuras maravillosas.


En el área del decorado, Araceli Carmona con pulso y trazo perfecto, imaginación y pincel, da a luz a las flores sobre el dorado y la diamantina. Ninguna pieza es igual, ya que todo el proceso es hecho a mano de forma individual.



Foto: Marko Cabañas.


Chignahuapan, el lugar de la eterna Navidad


Cada inicio de año, los pequeños artesanos se endeudan para reunir el dinero que requieren para la compra de la materia prima: pintura, solventes y el vidrio importado. Todo ello contribuye a sostener una tradición y los empleos que con ella llegan.



Foto: Marko Cabañas.


También visitamos “Esferas Campanita”, una de las más grandes, cuya producción es de mayor dimensión. Nos recibió Yahir Armando Herrera, cuyas creaciones han adornado el mismísimo Vaticano en más de una ocasión.


Es de las únicas tiendas que permanecen todo el año abiertas, pues sus obras no solo se ajustan a la temporada navideña, sino que también apuestan porque el vidrio soplado se adapte a todas las temporadas del año.



Foto: Marko Cabañas.


Hace más de 30 años Rafael Méndez, originario de Tlalpujahua, Michoacán, se enamoró de una chignahuapense. En recompensa heredó a este pueblo sus conocimientos sobre vidrio soplado. Hoy son más de 500 talleres familiares dedicados a esta hermosa tradición.



Foto: Marko Cabañas.


Visita Chignahuapan y recorre su centro histórico, donde se encuentra un monumental árbol de Navidad, el más grande del país. A unos cuanto metros encontrarás “La Villa Iluminada” con la atención personalizada de Ulises Rivera, creador de este proyecto en su primera edición.


Héctor Nieves, promotor de turismo, quien fue nuestro guía en este recorrido, nos invita también a conocer otro de los rincones de Chignahuapan, Las Cascadas de Quetzalapan, cuya caída de agua es de 200 metros.


Chignahuapan lo tiene todo: arte, cultura, gastronomía, paisajes imponentes. Sin embargo, sobresale la calidez de su gente y de sus artesanos, cuyo trato hizo sentir en casa. En cada obra, en cada creación, sin duda, está el alma y el corazón de un poblano, de un mexicano.



Foto: Marko Cabañas.


Artículo recuperado de mexicodesconocido.com

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