Bandas de delincuentes se apropian de centros distribuidores de gaseras, usándolos para comercializar “huachigas” a PEMEX
En algunas partes del país, grupos delincuenciales han comenzado a ingresar de forma violenta para desalojar a los dueños y empleados y apropiarse de manera ilegal de plantas de distribución de gas LP, con el objetivo de mover y comercializar el combustible que roban de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Tan sólo en 2021 y 2022 se registraron cuatro ataques de este tipo en la llamada Tierra Caliente de Guerrero, acusó Beatriz Marcelino, presidenta de la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía (ADEE), en entrevista con Excélsior.
Los delincuentes se adueñan de las plantas distribuidoras y de su equipamiento, como las pipas, y comercializan el combustible robado a precios mucho más bajos, lo que ha provocado que las ventas formales caigan hasta un 30% en algunas regiones.
De acuerdo con Beatriz Marcelino, aunque los empresarios afectados han interpuesto denuncias penales, todo se ha quedado en “investigaciones” que no han progresado, mientras que otros tantos han evitado establecer recursos legales por miedo a represalias por parte del crimen organizado.
Advirtió que el llamado huachigas no cumple con los estándares de calidad que exige la norma vigente, además de que las instalaciones y pipas no tienen el mantenimiento adecuado y las personas que lo despachan no están capacitadas.
Distribución legal de gas LP cae 30%
La delincuencia arrebata los centros de despacho a los empresarios
El crimen organizado ha comenzado a arrebatar las plantas de distribución de gas LP a los empresarios, esto con el objetivo de distribuir el gas que roban a Pemex, situación que ha provocado que las ventas formales caigan hasta 30% en algunas regiones.
Beatriz Marcelino, presidenta de la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía (ADEE), aseguró en entrevista con Excélsior que tan sólo en 2021 y 2022 se registraron cuatro ataques a este tipo de instalaciones, pues grupos delincuenciales ingresaron de manera violenta para desalojar a los dueños y empleados.
Dijo que esta situación sucedió en la llamada Tierra Caliente de Guerrero, dos en el municipio de Arcelia, uno en Teloloapan y otro más en Iguala.
Comentó que, aun cuando existen denuncias penales, todo se ha quedado en “investigaciones” que no han progresado.
Aseguró que el amedrentamiento, que no sólo es para los empresarios del gas LP, sino también a otros negocios, no es nuevo; sin embargo, ya está ocurriendo con mayor frecuencia.
Lo que es nuevo es el cierre de centros distribuidores debido a la inseguridad y el crimen organizado. Llegan como tal los delincuentes y sacan a los distribuidores o a los empresarios de sus instalaciones”.
Operación
Detalló que una vez que se adueñan de manera ilegal de estos centros, así como el resto de los equipos como pipas, son estos grupos los que comienzan a operarlos, pues su objetivo es mover y comercializar el gas LP que roban a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Obviamente no creo que lo operen comprándole el gas a comercializadoras”.
La directiva afirmó que esta situación ha provocado que caiga hasta en 30% la venta legal del combustible, pues no sólo restringen la entrada de las ventas legales, sino que además comercializan el combustible a precios mucho más bajos.
Dijo que el precio de venta de Pemex ronda en los seis o siete pesos por litro, a lo cual se deben sumar los gastos operativos y de transporte, sin embargo, los delincuentes venden el gas, que roban directamente de los ductos, en cinco o seis pesos.
Los riesgos
Marcelino advirtió que aun cuando puede parecer un buen precio, los consumidores finales deben tomar en cuenta una serie de factores negativos que conlleva el comprar gas al crimen organizado.
El huachigas es muy “sucio”, pues no cumple con los estándares de calidad que exige la norma vigente, además de que las instalaciones y pipas no tienen el mantenimiento adecuado, mientras que las personas que lo despachan no están capacitadas, lo que ocasiona cada vez más accidentes graves.
Actualmente la venta del llamado “huachigas” se está concentrando principalmente en Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Estado de México y Veracruz, donde además se registra el mayor número de tomas clandestinas. Sin embargo, el robo de gas y su venta en el mercado negro es un delito que ya se está expandiendo a otras regiones, sin que hasta el momento exista un control sobre esta situación.
La zona de Tierra Caliente de Guerrero está completamente insegura”, expresó.
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