Por: @inforneutra
...Tal vez es plan con maña, pero hasta ahorita no le han permitido el lucimiento propio de un “Señor Gobernador”, solo sus cuates, compas, socios y cómplices, lo saludan así.
¿Será para que no borre el “Legado” del pro hombre que acabó el 13 de diciembre...?
O tal vez le quedó grande la nominación administrativa, veremos pues.
Ya no es el lucimiento mediático, no es que sus medios tripa llena, en fila, lanzaban como preguntas a modo para agradar al del trono....
Ahora las mañaneras desde La Marranera, se han reducido a dos semanales en lugar de diarias.
Alegan ajuste en las agendas.
Alegan que cumplen la promesa de Barbosa de “trabajar” en todo el estado.
Lo cierto es que no hay “carnita”, ya no hay reflector que exhiba los mediocres resultados de gobierno que se contabilizan en casi todas las encuestas de media tabla para abajo.
Ni en las pagadas se puede hacer mucho…
Ya no hay ese discurso de la obra que se lucía y preciaba de hacerse por ser “promesa de campaña”.
¿Qué hizo Barbosa? los caminos del interior siguen abandonados, la inseguridad ha rebasado al Estado, la corrupción, de los suyos, a todo lo que da, ¿y los poblanos…?
Solo se presumen obras chiquitas, como el gobierno del legado, guarniciones y techados de escuelitas que por lo regular los padres de familia aportan la mitad de los costos.
La gran tarea que tiene “El Pinocho de Tepeaca”… si no es posible borrar el legado de la mediocridad, sí es imprimir su sello personal y tratar de verdaderamente corregir lo mal que se arrastra del pasado, el que por cierto, conoce muy bien...
El naciente “barbosismo” no le estorbará, tiene todo para logarlo, sus amigos, socios y cómplices de antes vuelven por sus fueros, y los “puros” la mayoría están replegados, como ratones asustados y otros queriendo endulzarle el oído…
Si no aprovecha el escenario deshaciéndose de esas serpientes que le endulzan el oído, tendrá el lucimiento que se merece, y no pasará como el burro que toco la flauta.
…tiene que desayunar más huevos… se escucha tanto de propios en los pasillos de La Marranera como con los extraños en sus corralitos…
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