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La salud del corazón no solo depende de factores físicos y genéticos. Las emociones también juegan un papel crucial con este órgano.
Más allá de los latidos, el corazón alberga una compleja interacción con nuestras emociones. La salud cardiovascular no solo se define por factores físicos, sino también por nuestro bienestar emocional.
La realidad en México
En 2022, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las enfermedades cardíacas lideraron las causas de muerte en el país, con más de 105,864 casos. La hipertensión, la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca son algunos ejemplos de su impacto en la salud de los mexicanos.
El corazón roto: Un ejemplo de la conexión emocional
El síndrome del corazón roto, o miocardiopatía de Takotsubo, es una condición que ilustra la influencia de las emociones en el corazón. Según el Dr. Diego Araiza Garaygordobil, cardiólogo miembro titular y honorario de la Sociedad Mexicana de Cardiología “se trata de un cuadro clínico en donde, después de experimentar una emoción intensa como un disgusto fuerte o una situación estresante, el paciente manifiesta una serie de síntomas que se asemejan a un infarto de miocardio convencional.
Por otro lado, es esencial destacar que estos síntomas son temporales y reversibles, ya que no se originan debido a un problema coronario, sino como resultado de la liberación excesiva de hormonas (catecolaminas) en la sangre tras una emoción intensa.”
Prevención y tratamiento
Para evitar la recurrencia del síndrome del corazón roto, el Dr. Araiza Garaygordobil sugiere un enfoque preventivo a largo plazo mediante el uso de betabloqueadores.
Betabloqueadores. Estos medicamentos son recomendados debido a su capacidad para bloquear los efectos potencialmente perjudiciales de las hormonas del estrés en el corazón.
Manejo del estrés: Combatir el estrés crónico es fundamental para la salud cardiovascular. Técnicas de relajación, mindfulness y terapia pueden ser de gran ayuda.
Estilo de vida saludable: Ejercicio regular, alimentación balanceada, control de la diabetes y el colesterol son pilares para un corazón sano.
Conclusión
Para finalizar el especialista agregó que “en caso de experimentar cualquier síntoma o inquietud relacionada con el corazón, es fundamental buscar la atención de un especialista para un diagnóstico y tratamiento adecuados.”
El corazón es un órgano sensible a nuestras emociones. El aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial son respuestas fisiológicas que evidencian la íntima conexión entre la salud mental y cardiovascular. Comprender esta conexión nos permite prevenir y abordar las enfermedades cardiovasculares de forma integral.
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