Por: @inforneutra
Para todos aquellos que han pasado por esos momentos, pronta resignación...
Pero para todos esos ambiciosos vulgares, que buscan el poder por poder, no creo que se resignen a perder…
Así los muertos vivientes políticos en la aldea poblana que ven con tristeza su vida pasar en cámara rápida sin saber dónde están y por qué caminan el estado tan lento... vaya… cual viles zombies quesque prietos.
Hoy es de pena ajena y da lástima ver de cerca a esos personajes, antes orondos en la soberbia del fuero y protegidos por el aparato tronarse los dedos como viles colegialas en su primera cita… esperando “La pinche señal”…
Son un manojo de nervios, la gran burla de quienes han despreciado y bloqueado a lo largo de su “carrera política”… o bueno, su dizque carrera política ya que algunos que han vivido en las sobras de un plato y para ejemplo Julio Miguel Huerta que vivió, vive y vivirá a expensas de la sombra del muerto... porque antes de aparecer a su lado era el cuida vacas del rancho…
Otros con el estigma del pecado priísta en la espalda de haber pertenecido a un grupo, que llevan tatuado en la frente, que no se borrara jamás por más que se la lijen y ahí está el hijo putativo de Mario Marín, el Rafita de Acatzingo, Alejandro Armenta.
Otros más se sienten merecedores de las nominaciones en cuestión, y el resto acostumbrado a centavear el poder, que con “lo que sea” está bien.
La sobrevivencia es lo último, y lo primero en su futuro.
Que dicha del ciudadano de a pie que vive al día, que tiene su trabajo, su familia y hasta su perro.
Que dicha poder caminar con la cabeza en alto todo el tiempo, pues respetan las reglas y conviven en armonía.
Que dicha de poder sentarse en cualquier café sin miedo a que un descerebrado le miente la madre a todo volumen recordándoles las promesas vacías.
Para los suspirantes, se preguntan en estas horas más oscuras, si ha valido la pena ser tan hijo de su “reverenda madre”, o si ha valido la pena haber sacrificado la felicidad que da la vida sencilla y simple a cambio de una posición que tiene vigencia.
Mirando atrás, se han quedado solos, en muchos casos sus familias están a su lado solo por interés y la extraordinaria vida que disfrutan con cargo al erario y al “puevlo vueno” que tanto dicen querer…
Ellos mismos lo saben, sus aspiraciones no son sanas y legitimas pues sus obsesiones y la ambición está en primer lugar, ante todo y ante todos...
Que tristeza de verlos sumidos en una de las decepciones más grandes de su incipiente y mediocre vida, que está pronto a inundarlos de pies a cabeza.
El desquite, con la espera viene también gestándose, como ese "plan B" de la sobrevivencia.
Pobres difuntos… políticos
Y mientras llega la “pinche señal” a los políticos aldeanos sigamos divirtiéndonos y en lo que se terminan de caer que el muerto se vaya al pozo y el vivo al gozo…
¡Oh si!
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