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periodicoyapuebla

El plomero leguleyo (y no es el de AA)





Era el gato del chal vengador, su portadora, que usa en todo momento el argumento sentimentaloide: "Miguel así lo quería" le mandataba a últimas fechas los entuertos legaloides que dejaría, él sabía que su "caja de Fab" y el litro de “Maestro Limpio” era solo trámite, pero que no se pierda de vista que dejó “ciertos regalitos” con sendos candados.


Un jurista de renombre, de academia y chingón en pocas palabras, se peleaba con el trece uñas… “Pero Gobernador, nos van a tirar esos juicios y vamos a quedar en ridículo”… Al grito y manotazo de: “me vale madres, hazlo y punto, luego lo resolvemos”.


...Así era la estrategia y andanada para la limpia que se pretendía emprender desde La Marranera en tiempos de Barbosa y su primo… Total, que el hilo se ha roto por lo más delgado y llegó el cambio a modo y en premio al servilismo y lambisconería, escudándose en el padrinazgo -gracias al gran hombre que es su padre- de los últimos capos políticos sobrevivientes, Manuel Bartlett.


La llegada de Palafox fue de luces y sombras, de caravaneos, de empoderamiento al género, pero no profesionalmente sino a través del instinto de la carne, carne joven, que fueron las delicias y oxígeno a su diezmada existencia.


No supo separar el bisne, todos los grandes contratos del mallete a favor, o la cárcel, se ajustaban al presupuesto.


“Se salpica para todos lados”, les decía.


Así se va Palafox, credenciales vastas que demeritaron en la poca experiencia política, y administrativa sin visión a futuro de lo que pudo ser un jurista que trascendiera.


Terminó siendo un "Picapleitos"

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