Por : @inforneutra
Antes de iniciar “Estulticia” según la Real Academia de la Lengua Española se deriva del latín stultitia y significa necedad o tontería.
Dicho lo anterior entramos en materia…
Muchas mujeres hacen uso deshonesto del término “Feminismo” pues dicen que después de marchar, destruir símbolos de poder, quitarse el pañuelo que cobardemente cubre caras, muchas -o todas- vuelven a la vida real de las responsabilidades, de ser mamá luchona, de bisne, de tráfico de influencias, de ama de casa, del fuero obtenido por esos shows y sobre todo a ocultarse bajo la sombra del contubernio que hay con el “maldito” gobierno patriarcal…
Bien lo dice ese leguleyo genuflexo del poder en turno, el ex ministro Arturo Zaldívar, quien a pesar de que es alguien fiel al régimen actual hace unos días hizo una especie de radiografía que publicó en forma de columna en Milenio diario nacional ante el abuso de las figuras jurídicas que se han creado en torno al mal encausado “feminismo”… y cito… “Desde entonces, la violencia política de género ha ocupado un lugar central en la discusión pública. Sin embargo, lamentablemente, hay quienes han pretendido utilizar el concepto de violencia política de género para escapar al escrutinio público. Lejos de invocarlo para la protección de derechos, buscan explotarlo como un arma para neutralizar cualquier crítica legítima sobre la gestión o trayectoria de una persona”... (Milenio/Opinión/ A.Zaldivar/ 30707/2024)
Bajo este entendido y por lo que está sucediendo en la aldea y en todo el país en donde muchas mujeres buscan acallar voces críticas bajo esa figura jurídica de la “violencia política en razón de género” la cual como bien retrata Zaldívar pareciera que solo es esconder, la mayoría, sus pobres resultados en el servicio público ya que datos del INE arrojan que la mayoría de denunciantes que presentan denuncias por VPG son mujeres que brincan de un puesto a otro en acuerdo con el patriarcado…
Pero veamos ¿Cuántas pretextan y se excusan bajo este gran movimiento, para cometer abusos y tropelías hasta con el género mismo?
¿Cuánta farsante vende espejitos a la causa junta un grupo de mujeres y las utiliza como carne de cañón?
¿Cuántas de esas supuestas “hermanas” “luchadoras” aguantan acompañar a otra mujer o a una “morra” que sufre y llora siendo sobajada afuera de las agencias del Ministerio Público?
Vaya, no digamos que las acompañen, si quiera que se de una vuelta para ver lo deplorables de las oficinas… pero bueno, ¿Cuántas hacen eso, sin dormir, sin comer, con frío a veces, pero no dejan sola a mujer o morra que necesita de apoyo y de acompañamiento? ¿cuántas?
Y mire que en los discursos de campaña retumban por todos lados las palabras “empoderamiento” “apoyo a la mujer”, hombres y sobre todo mujeres se desgarran la garganta gritando a los cuatro vientos “ya no más” “es tiempo de las mujeres”…
Peeeeero al llegar al poder prefieren cómodamente el insulto académico, presumiendo su pírrica carrera académica y vetusta y multicolor historia de vida partidista, para afianzar la pose institucional obtenida al ser genuflexa con el gobierno patriarcal… del agradecimiento quincenal ni hablar porque es “por su chamba”.
Para muchas el gran colofón de fin de carrera es escudarse en la comodidad del escritorio y desde ahí promover soluciones mágicas, con vocabulario petulante y de espanta-pendejos….
Se tenía que decir y se dijo…
Cuántas de esas “grandes defensoras” son expertas en la lagrima fácil ante la gente de poder, cuántas en el chantaje, y cuantas también son maestras en el arte del engaño… toxicidad emocional le llaman.
Ya ni hablemos de las que consiguen todo a través del derecho de picaporte y el misterio y embrujo de la entrepierna, en muchos casos hasta fuero han obtenido…
Historias en Puebla que no se trata de demeritarlas ni exhibirlas existen y seguirán existiendo así como seguirán siendo la comidilla de radio pasillo y los mentideros políticos de su preferencia pues siendo personajes públicos están y estarán siempre bajo el microscopio y el escrutinio público…
Y ya para cerrar si es que el régimen quiere transparencia y ya no son como los de antes y se supone ya corrieron del gobierno a los que “robaban y mentían” al “puevlo vueno” entonces dejen de usar a las instituciones con el fin de callar las voces críticas a su incipiente, mediocre y seudo lucidora carrera.
Al final el actuar de muchas mujeres que usan la bandera del “feminismo” en Puebla causa una inusual tristeza, pues ellas mismas son las que prostituyen al movimiento y derivan en una demeritación personal profunda...
¡Oh, sí!
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