Este fin de semana, la Tierra se prepara para enfrentar una serie de tormentas solares geomagnéticas de gran intensidad, desencadenadas por una reciente actividad de llamaradas solares, según ya ha advertido la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Las llamaradas emanan de una de las manchas solares más grandes y activas observadas en la historia reciente, con un diámetro de aproximadamente 200.000 kilómetros, casi 15 veces más ancha que la Tierra.
Las regiones activas AR3663 y AR3664 han sido las protagonistas de esta actividad. En concreto, la región AR3664, ubicada en el cuadrante sur del sol, ha emitido llamaradas de clase X, las más fuertes y energéticas, de acuerdo con la clasificación que va de menor a mayor intensidad, de A a X.
Este fenómeno ha capturado la atención de científicos y astrónomos alrededor del mundo, no solo por su magnitud, sino también porque es visible desde la Tierra con el uso de filtros solares adecuados, sin necesidad de ampliación.
Esta mancha solar rivaliza en tamaño y potencial con la famosa tormenta solar del evento Carrington en 1859, considerada una de las más poderosas tormentas solares jamás registradas.
Comparación con el Evento Carrington de 1859
El evento Carrington de 1859, también conocido como la tormenta solar Carrington, es el más poderoso fenómeno de clima espacial registrado en la historia. Fue observado y documentado por el astrónomo británico Richard Carrington el 1 de septiembre de 1859.
Poco después, se desencadenaron efectos geomagnéticos extremos debido a una eyección masiva de masa coronal (CME) que impactó la Tierra. Este fenómeno es básicamente una gran expulsión de plasma y campo magnético desde la corona solar que, al llegar a la Tierra, puede provocar intensas tormentas geomagnéticas. Y es sin duda un recordatorio histórico del potencial destructivo de las tormentas solares.
En aquella ocasión, las auroras boreales y australes fueron visibles en partes del mundo donde usualmente no se observan, y los sistemas de telégrafos experimentaron fallos masivos, incluso provocando incendios en las estaciones de recepción debido a las corrientes eléctricas inducidas.
Aunque la sociedad de 1859 no dependía de la tecnología electrónica como lo hacemos hoy, los efectos fueron significativos en las comunicaciones y en la operación de las redes de telégrafos, esenciales para el comercio y la seguridad.
Consecuencias potenciales de las tormentas solares de mayo 2024
La NOAA advierte que las tormentas solares previstas para este fin de semana podrían tener efectos significativos sobre las redes de energía eléctrica, los sistemas de navegación por satélite y las comunicaciones.
Además, existe el riesgo de interrupciones en los servicios de radio y GPS, lo cual podría afectar tanto operaciones terrestres como aéreas.
Medidas de precaución
Se recomienda a las compañías de servicios públicos y a los operadores de satélites que tomen medidas preventivas para mitigar los posibles efectos de estas tormentas. Asimismo, la población en general debe estar informada y preparada para posibles cortes de energía y otros inconvenientes relacionados con este fenómeno natural extremo.
Vigilancia continua
La NOAA, en colaboración con agencias espaciales internacionales, seguirá monitoreando la actividad solar y proporcionará actualizaciones para ayudar a anticipar y responder a los efectos de estas tormentas solares.
Este evento destaca la importancia de la vigilancia espacial y la necesidad de preparación ante fenómenos naturales de gran escala, recordando que el espacio sigue siendo un entorno con potenciales riesgos para la Tierra.
Artículo recueprado de ElTiempo.es
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