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Explotación de acuíferos aumenta 256% en los últimos 50 años



Cerca de la mitad de las principales fuentes de agua en el país no tienen líquido disponible, puesto que el que les queda está comprometido en concesiones

 

Durante el Día Mundial del Agua, los mantos acuíferos, principal fuente del líquido que llega a los hogares de nuestro país, se encuentran en números rojos debido a la sequía y el consumo indiscriminado.

 

Su sobreexplotación se ha agravado, pues mientras en 1975 había 32 acuíferos en esta condición, el número subió a 114 el año pasado, 256% más, indican datos de autoridades ambientales y la Conagua.

 

Además, casi la mitad de los acuíferos del país está en déficit porque, aunque tienen líquido, ya está comprometido para cubrir las concesiones otorgadas por el gobierno, lo que se suma a que no existe un volumen de recarga suficiente para compensar el agua que se extrae.

 

Mientras que a la agricultura se destina casi 65% del agua superficial (ríos, arroyos y lagos), el abastecimiento público se nutre en casi 60% de los acuíferos, por lo que la sobreexplotación de éstos amenaza directamente el consumo de agua de la población.

 

De acuerdo con la Semarnat, en 2003 existían 102 acuíferos sobreexplotados, 15.6% de los 653 que hay en el país. Para 2023, datos de la Conagua revelan que había 114 en condición de sobreexplotación (17.5%).

 

Para Rubén Gregorio Muñoz, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, México sufre una “metástasis hídrica”, es decir, el problema está en todo el país.

 

Agua subterránea en números bajos

 

La sequía y el consumo indiscriminado han dejado en números negativos los acuíferos de México, principal fuente del agua que llega hasta los hogares del país.

 

En los últimos 50 años, la sobreexplotación de los acuíferos en México se ha agravado, pues mientras en 1975 había 32 en esta condición, para 2023 el número pasó a 114, lo que representa un incremento de 256%, de acuerdo con datos de las autoridades ambientales y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

 

Aunado a esto, actualmente casi la mitad de los acuíferos del país están en déficit, debido a que, aunque cuentan con líquido, éste ya se encuentra comprometido para cubrir las concesiones otorgadas por el gobierno y no hay un volumen de recarga suficiente para compensar el agua que se extrae.

 



Mientras que a la agricultura se destina casi 65% del agua superficial (ríos, arroyos y lagos), el abastecimiento público se nutre en casi 60% de los acuíferos, por lo que la sobreexplotación de éstos amenaza directamente el consumo de agua de la población.

 

Hoy se conmemora el Día Mundial del Agua, recurso cuya disponibilidad en nuestro país ha bajado de forma drástica. Según datos de Conagua, en 1950 la cantidad de agua renovable promedio anual por persona era de 17 mil 740 metros cúbicos. Para el año 2000, este indicador había descendido a cuatro mil 690 m3, debido, en gran medida, al incremento poblacional, pero también al alto nivel de consumo y falta de políticas de ahorro. En la actualidad, se estiman tres mil 298 m3 de agua disponibles por persona al año, en promedio.

 

    Las regiones en donde la disponibilidad es menor a mil 700 metros cúbicos por año se considera que presentan estrés hídrico, donde puede presentarse escasez con frecuencia. Cuando la disponibilidad es inferior a mil metros cúbicos por año, se considera que pueden presentarse problemas para la producción de alimentos y el desarrollo económico”, explica la Comisión Nacional del Agua.

 

Señales de alerta

 

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en 2003 existían en México 102 acuíferos sobreexplotados, 15.6% de los 653 que hay en el país. Para 2023, datos de la Conagua arrojan que había 114 acuíferos en condición de sobreexplotación (17.5%). A esta situación se suma que 286 del total, un 43.8%, no tenía disponibilidad para extraer más agua de la ya concesionada, ya que ello pondría en peligro el equilibrio de los ecosistemas.

 

En 2023, siete de los acuíferos sobreexplotados tenían disponibilidad de líquido: Alfredo V. Bonfil, en Baja California Sur; Las Delicias, Coahuila; Laguna de Palomas, Chihuahua; Silao-Romita y Valle de Acámbaro, Guanajuato; Huichapan-Tecozautla, Hidalgo, y Agualeguas-Ramones, en Nuevo León.

 

A éstos se suman 107 acuíferos sobreexplotados y sin disponibilidad, ubicados en las regiones de Aguas del Valle de México (CDMX y Edomex); las Cuencas Centrales del norte (Coahuila, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas); Lerma-Santiago-Pacífico (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Edomex, Michoacán. Y Querétaro); Noroeste (Sonora); Pacífico Norte (Baja California), y Río Bravo (Coahuila, Chihuahua y Nuevo León).

 

Además, la Conagua marca 179 acuíferos sin disponibilidad, pero subexplotados, principalmente en las regiones hidrológico-administrativas de Río Bravo, Península de Baja California, Pacífico Norte, Pacífico Sur, Balsas, Cuencas Centrales del Norte, Golfo Centro, Golfo Norte, Lerma-Santiago-Pacífico y Noroeste.

 



Alertan de metástasis hídrica

 

Para Rubén Gregorio Muñoz Álvarez, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados, México sufre una “metástasis hídrica”.

 

    ¿Por qué digo que es una metástasis hídrica? Porque es un problema que tenemos en todas las regiones del país, en todos los usos del agua en México, que tenemos en todos nuestros recursos hídricos disponibles”, indicó al participar en el Foro Nacional del Agua organizado por la Universidad Chapingo.

 

    De los 653 acuíferos, hoy tenemos, según la Conagua, 185 en condición de estrés hídrico agudo, es decir, ya no podemos sacar un litro de agua más… y lo seguimos haciendo”, indicó el diputado, quien alertó sobre el peligro que implica buscar agua a mayor profundidad —aguas terciarias y cuaternarias—, una vez agotadas las primarias y secundarias, debido a la concentración de sustancias como mercurio y arsénico.

 



Ante ello, llamó a convocar a las instituciones públicas a hacer estudios de la disponibilidad de aguas subterráneas, buscar nuevas fuentes de abastecimiento del recurso, así como a revisar la situación de los distritos agrícolas y el estado en el que se encuentran las plantas de tratamiento de aguas residuales, como parte de una solución integral a la crisis hídrica en el país.

 

    Tenemos que encontrar una solución muy inteligente, porque, si tecnificamos los distritos de riego, vamos a resolver los problemas de agua de los próximos 100 años en nuestro país”, subrayó.

 

En tanto, Miguel Salas, integrante del Consejo Consultivo del Agua en Durango, aseguró a Excélsior que la mejor manera de recargar un acuífero es no extraerles más agua.

 

    Mucho se habla de infiltración (recarga artificial del acuífero), pero la solución es no extraerle, y la manera de lograr eso es aprovechando el agua superficial”, indicó el especialista.

 

-Olimpia Ávila

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