Por: @inforneutra
A veces la congruencia enmudece cuando el interés económico y profesional es más grande que llevar la voz de miles de mujeres violentadas y con necesidad de ser escuchadas.
Se convierte en turismo y lucimiento a costa del erario y de la amistad del poder, para llenar muros con diplomas de oropel, pero que jamás se aterrizan esas ideas al género y en todos lados hay ejemplos.
Algunas ideas pasan de largo para quien no pone atención en el trasfondo de las agendas rosa, naranja y arcoíris.
Ideas que se han desmenuzado por estudiosos del tema y acá, algunas de las explicaciones más fáciles de entender, para los que somos de estudios truncos.
Comercialización del “feminismo”: El falso feminismo convierte la lucha en una herramienta de marketing, minimizando su impacto real, se vende la agenda a políticos para sus campañas.
La Politización Extrema: Algunos grupos han adoptado una agenda política extrema, que excluye a quienes no comparten todas sus opiniones. Esto socava la unidad que se necesita.
El feminismo de las redes sociales: las discusiones en línea a veces se centran en cazar errores pasados en lugar de promover un diálogo constructivo.
El peligro del falso feminismo: El falso feminismo no solo socava la credibilidad del movimiento, sino que también desvía recursos y atención de los problemas cruciales que enfrentan las mujeres. La verdadera esencia del feminismo es luchar contra la discriminación basada en el género, promover la igualdad de oportunidades y empoderar a todas las mujeres. Cuando el feminismo se convierte en algo diferente, perdemos de vista estos objetivos fundamentales.
El llamado a la autenticidad: Debemos cuestionar las agendas que se presentan bajo la bandera del feminismo y asegurarnos de que estén alineadas con los principios básicos de igualdad y justicia, no de interés personal en la búsqueda de posiciones, muchas borran sus fotos con grupos que ya no están en el poder, y abrazan a los próximos.
El feminismo es un movimiento poderoso, pero para mantener su impacto positivo, debemos ser conscientes de los peligros del falso feminismo y trabajar juntos para preservar su autenticidad y su compromiso con la igualdad de género.
En mi pueblo se dice mujeres juntas ni difuntas…
¡Oh si!
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