Por: @inforneutra
La corcholatas, taparroscas y hasta los tapones, todos alineados, tragando caca sin hacer gestos en su dieta diaria, viendo si con eso les da tantito valor, valor de aceptar la verdad de su carrera política que se hizo presente en los pírricos resultados de la encuesta prieta, el ego y la soberbia fue el peor de sus pecados.
Creer ser el centro de la política de sus aldeas teniendo la preferencia del respetable.
Y faltan las tempestades, falsedades, ridículos y mentiras de las "corcholatitas" que quieren diputaciones federales, locales y alcaldías... si las que ya pasaron han sido de hueva... dependiendo al aldea, ¿se imagina usted al malandro o la meretriz de la esquina queriendo ser su "representante" en el Congreso o su alcalde?
Regresando a la que se resuelve el día 10... muchos se estamparán en la fila, cual viles cánidos que inocentemente esperan se les aviente hueso, pellejos, sobras y en el peor de los casos una patada y una cubetada de agua, como en los pueblos, cuando los corren de una fiesta.
De nada valieron las acciones de patanes y divas que muchos tomaron como su disciplina.
La soberbia y el parentesco de algunos que sentían les daba el aparto de poder del que se valieron, de nada les valdrá y cuentas por saldar tendrán...
Lágrimas de magdalenas, vividoras y arribistas, de saltimbanquis y hasta de émulos de esa mafiosa estirpe marinista o del decadente barbosismo en el caso de Puebla.
Una misera diputación y una malqueriente senaduría como premio de consolación… cargos desde donde ellos querrán hacer bisnes para recuperar la “inversión” de “sus ahorros” invertidos en la fallida aventura… el que no lo haga es que no es humano.
En este medio la mentira siempre tiene un peso que la hace caer en el momento oportuno, hay mentiras que se dosifican y se alientan, así será.
Mientras formados, esperar la mano del patrón a ver qué les avienta.
La gran diferencia entre los personajes de poder y de servicio público con el respetable es que los ciudadanos de a pie como nosotros, es que se podrán burlar al decirnos jodidos, centaveros o hasta muertos de hambre, pero envidian nuestra dignidad, y que caminamos con la frente y la vista en alto sin escondernos o buscar lugares “discretos” para ir hasta con la familia al cine...
Pena debería de darles porque ellos ya no pueden estar tranquilos y mejor suben el vidrio oscuro de la camioneta adquirida con recursos de dudosa procedencia para esconderse de las mentadas de madre...
¡Oh si!
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