Groenlandia, en la mira de EU por décadas
- periodicoyapuebla
- hace 1 día
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El motivo del deseo de los estadounidenses por la isla del Ártico es “necesaria” para la seguridad nacional en respuesta a la presencia china y rusa en la zona
Groenlandia, una enorme y congelada isla en la región ártica, se ha convertido en otro de los deseos de Donald Trump desde su primer mandato y en el que ha insistido nuevamente en su segunda administración. Sin embargo, obtener el territorio autónomo danés no sería tan simple como lo fue comprar sus 18 campos del golf alrededor del mundo.
Trump ha declarado repetidamente que “por el bien de la seguridad nacional” y “la libertad en todo el mundo”, la propiedad y el control de Groenlandia son una necesidad para Estados Unidos.
El presidente estadunidense ha prometido “prosperidad” para los groenlandeses, sin embargo, habitantes de la isla y políticos groenlandeses y daneses aseguran que “no están en venta”.
Una fuente cercana a Trump reveló a The Washington Post que entre Canadá, el Canal de Panamá y Groenlandia, los territorios que el republicano quiere anexar a EU, la más viable es la isla y ya analiza una oferta económica.

Presencia en la isla
Groenlandia es un territorio autónomo cuya justicia y políticas monetaria, de exteriores, de defensa y de seguridad dependen de Dinamarca.
En 1910, el embajador estadunidense Maurice Egan propuso intercambiar tierras en Filipinas por Groenlandia y las Indias Occidentales Danesas, pero el plan no prosperó.
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Dinamarca fue ocupada por Alemania, el gobierno danés concedió permiso a EU de construir bases militares en Groenlandia bajo la Doctrina Monroe.
EU todavía tiene una base aérea militar activa en el noroeste de la isla, en Pituffik, antes conocida como Thule, con un contingente de 650 personas, entre militares estadunidenses y contratistas civiles daneses, groenlandeses y canadienses.
La base fue utilizada durante la Guerra Fría para alertar de posibles ataques con misiles de la Unión Soviética y aún es un escudo indispensable para la seguridad de EU.
La Casa Blanca se queja de la falta de vigilancia del espacio aéreo y submarino en el este de Groenlandia cuando el deshielo libera las rutas marítimas.
Tenemos a muchos de nuestros actores favoritos rondando la costa y debemos ser cautelosos”, dijo Trump durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, refiriéndose al creciente interés chino y ruso por la región ártica.
Rusia espera desarrollar la Ruta Marítima del Norte en el Ártico, una vía comercial posibilitada por el deshielo y que podría competir con el Canal de Suez en 2030 o 2040.
Rutte no quiso involucrar a la OTAN, pero respondió que “el hecho de que los países árticos, además de Rusia, colaboren bajo el liderazgo de EU es fundamental para garantizar la seguridad de la región”.
Aunque Trump ha descartado el uso de la fuerza para anexar Groenlandia a EU, está seguro que esto segundo “sucederá” en algún momento.
Groenlandia está en el punto de mira de Trump no sólo por su importancia geoestratégica, también por sus recursos minerales o “tierras raras”, esenciales para la transición energética.

Baja productividad
Groenlandia busca independizarse de Dinamarca, pero económicamente depende de la pesca y de un subsidio danés de unos 530 millones de euros anuales, una quinta parte del Producto Interior Bruto (PIB) local.
Aunque 80 por ciento de la isla está congelada, su suelo está muy bien cartografiado y la Unión Europea identificó materias primas esenciales. Sin embargo, el sector minero es inexistente: sólo hay una mina activa en un yacimiento de anortosita en la costa oeste explotado por Lumina Sustainable Materials desde 2019.
La tasa de desempleo en esta isla de 57 mil habitantes —casi el 90 por ciento de ellos de la etnia inuit— era de 9% en 2019, sin embargo, dos años después lograron reducirla a 3.7% entre los residentes permanentes de entre 18 y 65 años, y así la han mantenido.
Los groenlandeses dependen mucho de la importación de algunas materias primas y alimentos. Además, la población joven prefiere abandonar la isla ante la falta de trabajo y de actividades culturales debido al clima desfavorable.
Antes de que Trump asumiera su segunda presidencia, Donald Jr. visitó el territorio ártico como “turista”. El pasado 28 de marzo, fue turno del vicepresidente JD Vance y su esposa Usha, junto con el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz. Ninguno de ellos fue invitado.
Dinamarca no ha invertido lo suficiente en la población de Groenlandia y en la seguridad de esta increíble y hermosa masa continental de gente increíble. Esto tiene que cambiar”, dijo Vance a las tropas estadunidenses en la base militar de Pituffik.
El ministro danés de Relaciones Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, pidió a los norteamericanos “bajar el tono” a sus declaraciones. Mette Frederiksen, la primera ministra danesa, visitó la isla esta semana y dijo que “hablar de anexar Groenlandia sin respetar su soberanía no es respetuoso”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en un foro del Ártico en la ciudad de Múrmansk que considera “serios” y “con raíces históricas de larga data” los planes de EU y se declaró “preocupado” porque los países de la OTAN consideren cada vez más el Gran Norte “como un trampolín para posibles conflictos”.
El costo
Donald Trump no es el primer presidente que pretende el control absoluto de Groenlandia. En 1946, el gobierno de Harry Truman ofreció 100 millones de dólares en oro a Dinamarca por el territorio autónomo, según los Archivos Nacionales estadunidenses.
Aunque la venta no se concretó, EU logró colocar bases militares en partes estratégicas de la isla a cambio de ceder los derechos del petróleo descubierto en el distrito de Point Barrow, Alaska, a Dinamarca.
Medir el precio de un país o territorio no es fácil, ya que implica el PIB, las empresas o activos, los recursos potenciales y los elementos no tangibles. Incluso si se acordara un precio de venta por Groenlandia, este sería de miles de millones de dólares.
El gobierno de Trump considera presentar una oferta de financiamiento a la isla superior a los 600 millones de dólares anuales que les subsidia Dinamarca, según The Washington Post.
Según las recientes elecciones legislativas en Groenlandia, la mayoría de los habitantes de la isla apoyan su independencia de Dinamarca, pero un 85 por ciento rechaza su integración a EU.
Pero adquirir la isla “no es como comprar un campo de golf cuando uno acude con un abogado”, comentó a CNN Business, Iwan Morgan, del Instituto de las Américas de la Universidad de Londres.
Con información de AFP.
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