Durante la noche de ayer, el pleno del Senado se dirigía a aprobar, sin cambio alguno, la reforma que declara a la corporación como parte del ejército
Cerca de la media noche de ayer, el pleno de la Cámara de Senadores se preparaba a aprobar, sin cambio alguno, la reforma constitucional que declara a la Guardia Nacional parte del Ejército, asignada con la tarea de atender la seguridad pública en el país.
Con esto, por primera vez en 167 años, las Fuerzas Armadas estarán activas en todo el territorio nacional en tiempos de paz. La Guardia Nacional estará integrada únicamente por “personal militar con formación policial”.
La secretaría del ramo de seguridad pública formulará la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, y los programas, políticas y acciones respectivos”, precisa la reforma en el nuevo artículo 21 constitucional.
Anoche, el pleno del Senado rechazó la moción suspensiva presentada por PAN y el PRI, en una sola exposición; además, escuchó 14 votos particulares, aunque seis de esos votos, presentados por morenistas y petistas, fueron para respaldar el dictamen y no para exponer críticas a la reforma, que es la esencia de los votos particulares.
De madrugada, pase de Guardia a Sedena
Los senadores se perfilaban para aprobar sin cambios la reforma que integra la corporación a las Fuerzas Armadas, en las primeras horas de hoy
Por primera vez en 167 años, las Fuerzas Armadas estarán activas en todo el territorio nacional en tiempos de paz, pues esta madrugada el pleno del Senado se encaminaba a avalar, sin cambios, la reforma constitucional que declara la Guardia Nacional (GN) como parte de la milicia, con la encomienda de atender las tareas de seguridad pública en todo el país.
Desde la Constitución de 1857, la Constitución Política del país ordenó que “en tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”, pero con la reforma avalada por el Congreso de la Unión y que saldrá a los congresos estatales la mañana de este miércoles, ahora se ordena que “en tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tenga previstas en esta Constitución y las leyes que de ella emanen”.
Así, la Guardia Nacional, que estará integrada únicamente por “personal militar con formación policial”, será la responsable de garantizar la ejecución de la estrategia de seguridad pública.
La Federación contará con la Guardia Nacional, fuerza de seguridad pública, profesional, de carácter permanente e integrada por personal militar con formación policial, dependiente de la secretaría del ramo de defensa nacional, para ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública en el ámbito de su competencia.
Los fines de la Guardia Nacional son los señalados en el párrafo noveno de este artículo, la coordinación y colaboración con las entidades federativas y municipios, así como la salvaguarda de los bienes y recursos de la Nación. La ley determinará la estructura orgánica y de dirección de la Guardia Nacional.
La secretaría del ramo de Seguridad Pública formulará la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, y los programas, políticas y acciones respectivos”, precisa la reforma en su artículo el nuevo artículo 21 constitucional.
Además, la reforma constitucional para que la Guardia Nacional sea parte de las Fuerzas Armadas implicará el cese de al menos 15 mil elementos que se formaron en la extinta Policía Federal, pues al ser civiles no podrán formar parte de la GN, por lo que se quedarán en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Anoche, la priista Cynthia López Castro instó al oficialismo a no maltratar a los expolicías federales, que les permitan ascensos y los mantengan en activo, porque su formación es una inversión del país y tienen perfiles de alto profesionalismo.
De acuerdo con el régimen transitorio de la reforma constitucional, que se aprobará este lunes en comisiones unidas del Senado, el titular del Poder Ejecutivo federal dispondrá que “el personal procedente de la extinta Policía Federal cese de prestar sus servicios en la Guardia Nacional y quede adscrito a la secretaría del ramo de Seguridad Pública, conservando sus derechos laborales adquiridos”.
De igual manera, con este cambio constitucional la nueva redacción del artículo 16 constitucional dice que “en tiempo de paz ningún miembro de la Fuerza Armada permanente —el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Guardia Nacional— podrá alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial correspondiente”.
De acuerdo con el dictamen, “al prohibir el alojamiento forzoso de miembros de la Guardia Nacional, junto con el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, en tiempos de paz, se protege el derecho de los ciudadanos a la inviolabilidad de su domicilio, asegurando con ello que las operaciones de seguridad respeten los derechos humanos, independientemente de la fuerza armada involucrada.
En este sentido, la inclusión explícita de la Guardia Nacional en este artículo subraya el principio de control civil sobre las Fuerzas Armadas en tiempos de paz. Esto refuerza la idea de que, en situaciones ordinarias, los ciudadanos no están obligados a prestar servicios ni aceptar imposiciones de las Fuerzas Armadas, consolidando el carácter democrático y civil del Estado”, dice el dictamen.
El pleno del Senado rechazó la moción suspensiva presentada por PAN y PRI, en una sola exposición; además, escuchó 14 votos particulares, aunque seis de esos votos, presentados por morenistas y petistas, fueron para respaldar la reforma y no para exponer críticas a la reforma, que es la esencia de los votos particulares.
La presentación de esos 14 votos particulares, que en algunos casos incluyeron preguntas y respuestas, como el presentado por el morenista Javier Corral, consumió dos horas y media de la sesión.
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