Por: @BruceJulis
En México, la reforma del Poder Judicial se ha convertido en un auténtico espectáculo, comparable a los más intrigantes dramas de televisión. Los políticos, siempre en busca de la próxima gran trama, han decidido que el poder judicial será el nuevo escenario para su más reciente puesta en escena.
La pregunta es: ¿estamos ante el inicio de una Judicatura más transparente o simplemente ante un enredo burocrático digno de un guión de Hollywood?
Para entender el contexto, volvamos a la Constitución de 1857; Benito Juárez, con su visión innovadora, intentó establecer un poder judicial independiente, libre de las influencias del poder ejecutivo y legislativo.
Sin embargo, la realidad demostró que la independencia judicial en México es un ideal tan esquivo como el dinero fácil en las rifas del barrio.
Avancemos al siglo XX, donde un presidente omnipresente y un PRI que manejaba el país con la destreza de un director de orquesta en un concierto de jazz hicieron que el poder judicial pareciera más una simple corista en el gran teatro político.
A pesar de las reformas de los años 90, que prometieron una verdadera independencia judicial, el sistema seguía moviéndose al ritmo de la música presidencial.
Ahora, con la actual reforma del Poder Judicial en boca de todos, la historia parece repetir su ciclo.
Los políticos prometen que esta reforma traerá un sistema judicial transparente y eficaz.
Es como si esperámos que el nuevo Poder Judicial fuera el "Superman" de la justicia, listo para salvar al país de la corrupción y la impunidad con sòlo un par de togas.
Pero la realidad es mucho más compleja.
En lugar de un héroe con capa, obtenemos nuevos mecanismos de selección de jueces que, en teoría, garantizarían imparcialidad, pero en la práctica a veces parecen más una ruleta rusa que una garantía de justicia.
Las estrategias para lograr esto, como los procesos de selección y evaluación, tienen más giros y vueltas que un episodio de "La Rosa de Guadalupe".
Los críticos sostienen que la reforma es una farsa, un capricho legislativo que solo cambia los rostros en el banquillo sin abordar el verdadero problema: un sistema que, desde sus cimientos, ha sido más flexible que un chicle en verano.
Entre comisiones de selección, filtros y más filtros, los nuevos "guardianes de la justicia" podrían terminar siendo tan eficaces como intentar limpiar la corrupción con un trapo sucio.
En resumen, mientras el país observa con atención y un toque de escepticismo, el espectáculo debe continuar.
La reforma del Poder Judicial promete ser el próximo capítulo en nuestra historia, lleno de giros dramáticos y si tenemos un poco de suerte, un final menos trágico que los anteriores.
Sólo el tiempo dirá si este espectáculo nos llevará hacia un sistema más justo o si simplemente es una versión renovada del viejo truco de cambiar las caras y seguir con la misma rutina.
Esto nos lleva a una reflexión obligada, si no ponemos seriedad en los asuntos de la nación, la ignorancia del pueblo y sus gobernantes, terminará por reventar este país y como ya se dijo, cuando eso suceda la "cruda de la transformación" nos saldrá todavía más cara.
Pero mientras eso llega aquí les dejo mi reputación para que con gusto puedan ustedes hacerla pedazos.
Hasta la próxima.
AxolotlMEDIA Ideas en Peligro de extinción
Tik-Tok / TW: Bruce Julis
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