Por: @inforneutra
Tiene su mérito limpiarle la cola al poder, la baba… el cambio de bolsa y de pañal.
El mérito es del 90% de entrega y amor por sus jefes, y es necesario en la hoja de servicios implacable del gobierno progresista.
Ejemplos sobran y seguirán… el mero, mero, se queda como el chinito, viendo y obedeciendo…
¿Así terminará los dos años que restan a este fallido sexenio?
¿Qué será del sistema educativo poblano al final de este gobierno?
Por qué estas preguntas… poner a alguien como director general de Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (COBAEP), a alguien con preparatoria abierta, y casi, casi trunca, “dos licenciaturas” de una universidad privada que prepara “maestras” de muy bajo nivel, y que por cierto no aparecen concluidas por ningún lado… es una burla, un atropello a los maestros de excelencia, a la Usicamm y a todo el magisterio poblano.
Es decir, con esto el gobierno “progresista” de Morena, que “encabeza” el pinocho tepeaquense, manda el mensaje de que los maestros y la educación de los jóvenes poblanos le valen “pura madre”.
¿A dónde queda la muletilla del gobernador Céspedes que todo bajo el marco de la ley si el recién nombrado no tiene ni calidad académica ni la experiencia que el reglamento indica?
Recordemos que hasta hace un tiempo los egresados de COBAEP son, o eran, de los que tenían la aceptación más alta en los procesos de admisión de la BUAP, ya ni los que salen de colegios particulares, entran tan fácil…y eso que salen hablando inglés.
Pero el pensamiento crítico y analítico de un egresado de bachiller es otra cosa.
Ya no digamos las cuestiones académicas, que son o eran formativas para un perfil de ciencia, y técnica.
Qué triste que en vías de premiar a un leal lacayo le den la madre a una de las instituciones que ha dado prestigio y orgullo a la educación media superior en Puebla…
Qué triste es que para construir un proyecto político se pase por encima de los estudios y esfuerzos de los más de 1800 docentes que conforman la planta docente del colegio…
Digan lo que digan… la viuda manda ¡y punto!
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