El alza se debió a las actividades agropecuarias, a la mejora de la economía que fue más de lo esperado; exportaciones, turismo y remesas ayudaron a mantener el consumo familiar.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México habría crecido 3.0% en 2022, de acuerdo con información del Inegi.
Si bien esta cifra superó el promedio histórico anual del país en cuatro décadas, cercano al 2.3%, fue insuficiente para que se recuperara el nivel observado en 2019, antes de la pandemia de covid.
Para Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics, la economía no desilusionó en 2022, pues el 3.0% se debe a que las actividades esenciales se normalizaron tras el fin de las restricciones sanitarias. También ayudaron a sostener el consumo familiar las exportaciones al mercado de Estados Unidos, los ingresos por turismo, las remesas, que alcanzaron un máximo histórico, y las transferencias monetarias del gobierno.
El crecimiento estuvo impulsado por las actividades primarias o agropecuarias que crecieron 2.8%; las secundarias o industriales lo hicieron en 3.2% y las terciarias (comercio y servicios) en 2.7 por ciento.
La economía mexicana durante 2022 sorprendió al mercado, cuando a mediados del año pasado la mayoría de los analistas adoptamos un tono pesimista”, reconoció Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe de Invex.
Destacó que el comercio y los servicios tuvieron un desempeño mejor al previsto. Además, la creación de empleos fue sólida.
PIB aún no recupera el nivel prepandemia
Durante 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de México habría crecido 3.0 por ciento, de acuerdo con información estimada del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esta cifra, si bien superó el promedio histórico anual del país de cuadro décadas, cercano al 2.3%, fue insuficiente para que el país recuperara el nivel del PIB anual observado en 2019, es decir el año previo al inicio de la pandemia.
Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics, comentó que la economía de México no desilusionó en 2022 y explica que el favorable crecimiento reportado en todo el año de 3% se debió a que las actividades esenciales se normalizaron luego que se removieron todas las restricciones sanitarias, las exportaciones continuaron beneficiándose de la demanda del mercado estadunidense, los ingresos por turismo, las remesas que alcanzaron un máximo histórico y a las transferencias monetarias del gobierno que ayudaron a sostener el consumo familiar.
Desde una perspectiva más amplia, el crecimiento del PIB de todo 2022 fue de 3.0% frente a los niveles de 2021. Esta tasa es superior al promedio histórico de la economía mexicana, pero aún se inserta en un contexto de recuperación, pues para alcanzar los niveles que se tenían en 2018 se requerirá de un alza de 0.9% en 2023”, coincidieron expertos de Monex.
El crecimiento estuvo impulsado por las actividades primarias o agropecuarias que crecieron 2.8 por ciento, las secundarias o industriales lo hicieron en 3.2% y las terciarias, comercio y servicios en 2.7 por ciento.
El comportamiento de la economía mexicana durante 2022 sorprendió́ al mercado. Cuando a mediados del año pasado la mayoría de los analistas adoptamos un tono pesimista”, expuso Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe de Invex.
Señaló que el sector terciario, del comercio y servicios, registró un desempeño mejor al previsto. La creación de empleos en el país fue sólida y, a pesar de las menores expectativas de crecimiento para Estados Unidos, las exportaciones y la producción manufacturera mostraron una firme expansión en 2022.
Considerando los datos trimestrales, el PIB de México creció 0.4% en el periodo octubre-diciembre de 2022. El principal impulso provino del sector secundario, mientras que el sector terciario se desaceleró al crecer 0.2% trimestral, con todo y el Buen Fin.
Panorama de corto plazo
Analistas del grupo BBVA advirtieron que los factores que confirieron resistencia en la economía en trimestres previos y su resultado a finales de 2022 se están disipando al arranque de este año, y el entorno para 2023 se muestra desafiante para todos los componentes de la demanda.
El tema del crecimiento ha recobrado nuestra atención, pero no se puede hacer de lado a la inflación. Si bien esta descenderá paulatinamente en la mayoría de los países, la posibilidad de observar un crecimiento mayor al previsto podría obstaculizar esta trayectoria de baja”, señaló Aguilar.
Para analistas de Banorte en el corto plazo, algunos riesgos están ganando dinamismo, particularmente los derivados de la extensión en la desaceleración en Estados Unidos. Además, los energéticos han dado señales de un repunte ante la expectativa de una reapertura acelerada en China. Esto es un potencial viento en contra considerando que la lucha global contra la inflación aún no termina.
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