El excomisionado del INM, Tonatiuh Guillén López, señaló que Estados Unidos mantiene la idea de que nuestro país debe ser el “aparato de contención” del flujo de personas en la frontera
“El segundo mandato del republicano Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos implicará “mucha presión” para el gobierno de México en cuanto a migración y bloqueo fronterizo”, declaró Tonatiuh Guillén López, excomisionado del Instituto Nacional de Migración.
“Creo que la parte más delicada es esta visión de que México es responsable del flujo migratorio irregular y que, por lo mismo, nuestro país debe ser el aparato de contención, el espacio de contención y el encargado de evitar que las personas arriben a la frontera sur de Estados Unidos”, agregó Guillén López.
En entrevista con medios nacionales, detalló que esto está en el mapa que plantea Trump e implica un conjunto de presiones otra vez sobre el nuestro país.
El escenario con Trump, expuso, es conocido.
“En general, podemos estimar que lo que ocurrió entre diciembre de 2018 y junio de 2019, que fue el periodo de mayor presión de Trump sobre México y que México acepta una cantidad importante de cambios de política migratoria, está repitiéndose ahora pero multiplicado varias veces”, expresó.
En ese sentido, el exfuncionario refirió que existe la idea de deportar a millones de personas que “es viable que empiece a ocurrir y muy pronto” generando “muchos daños en las comunidades y en las personas”.
Lo mismo ocurrirá en la frontera, “también ya lo vimos antes, retrasan incluso los flujos regulares de autos y de transportes de comercio y sobre todo, bloquean toda posibilidad de las personas de solicitar asilo en Estados Unidos”, comentó el también profesor del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM.
Ante este panorama, planteó, “la gran pregunta es ¿cómo va a reaccionar ahora la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, su capacidad de negociación dónde llega, su capacidad de distinguir y de analizar de manera separada los temas para no mezclarlos, por ejemplo, con la cuestión de la revisión del tratado comercial o con la problemática grave de narcotráfico?”.
“El crimen es el gran operador de la movilidad regional ante una necesidad de movimiento tan grande de las personas dispuestas a sacrificar todo y ante políticas migratorias cada vez más restrictivas y duras”, condenó el especialista.
“El crimen aparece como un mediador y es el gran ganador, con miles de millones de dólares en ese proceso”, denunció.
La falta de una política de inclusión y desarrollo en México hacen “vulnerable” a esa población que está en México o que cruza por México, lamentó el experto en ciencias sociales.
“Esas debilidades de estrategia nos ponen simplemente como aparatos de contención y no estamos conectando movilidad humana y el propio desarrollo de México, que es un capítulo que no tocamos y que debiera ser uno fundamental”, sostuvo.
“Debe haber otras alternativas, otro modelo de atender la problemática, ser autocríticos, pues ni siquiera reconocemos la movilidad humana mexicana. Entonces si quieres quisiéramos hacer otra cosa, empecemos también por el flujo mexicano”, insistió.
Durante su campaña, Trump acusó a los migrantes de “envenenar la sangre de EU” y prometió la deportación inmediata de 11 millones de personas a partir del primer día de su gobierno, que comenzará en enero.
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