Por Josselin Melara // cocinafacil.cm.mx
Todos tenemos propósitos de año nuevo, ¡pero rara vez los alcanzamos a cumplir con éxito! Adriana Esteva es especialista en nutrición emocional y autora del libro Comiéndome mis emociones. Y ahora comparte con nosotros las pautas para que el 2023 sea un año de éxitos y retos cumplidos.
Cómo alcanzar los propósitos de año nuevo
Por: ADRIANA ESTEVA, encuentra más de ella en instagram @adriestevar
Empieza el año y, con él, los propósitos, las promesas y las metas. Todo esto acompañado de buenas intenciones, ganas y… angustia, presión y el miedo de, una vez más, no lograrlo.
¿Alguna vez has pensado que dentro de ti existen varias voces y que no siempre están todas de acuerdo?
Te voy a presentar a algunas de esas voces que quizás reconozcas en ti, con la intención de que conocerlas te pueda ayudar a comprender desde dónde estás eligiendo tus propósitos.
Voz policía
En primer lugar, la voz policía representa a la autoridad, está cargada de criticas, juicios, mandatos, creencias y deber ser. Es la voz que escuchamos de nuestras autoridades, principalmente de mamá y papá. Sin embargo también se cuelan aquí las voces de maestros, abuelos, tíos, entrenadores, personajes de película, religión, reglas sociales, etc., todo lo que para ti representó una figura importante.
No es una voz mala, simplemente suele estar ya caduca, no actualizada y sin saberlo, toma el mando de nuestra vida, principalmente desde la amenaza y el miedo:
“Si no eres buena, papá se va a enojar y te va a dejar de querer”
“Si no adelgazas, te van a rechazar”
“Dejas de pertenecer si no sigues las reglas”
“Tienes que ser perfecto”
“Nunca es suficiente”
“Tengo que volverme indispensable para que no me abandonen”
“Tengo que controlar lo que siento para no volver a sentir lo que me dolió”
“Si soy vulnerable, me aniquilan”
“Si soy quien soy, me rechazan”
“Me traicionan si confío”
“Tengo que ser lo que se espera que sea”
“Tengo que tener el cuerpo perfecto”
“Debo ser perfecta”
Y agrégale a esta lista todas las que se te ocurran.
Cuando elegimos desde esta voz, estamos buscando amor, respeto, aceptación, cuidado, no ser agredidos, pertenencia, seguridad y protección lo cual es natural, todos queremos eso, sin embargo hacerlo desde el miedo y la amenaza nos vuelve niños indefensos, limitados, temiendo ser castigados.
Voz rebelde
Esta parte de nosotros busca libertad y autonomía, es la voz que quiere expresar lo que somos, lo que sentimos, lo que queremos, necesitamos y pensamos. Es de algún modo la reacción a la voz policía, se rebela ante la autoridad en búsqueda de auto afirmación.
Cuando no hubo un espacio seguro en casa para expresarnos, solemos vivir desde la rebeldía constantemente, con una enorme necesidad de probar nuestra libertad desafiando a la autoridad ya sea de frente o a través del chantaje, la victimez o al auto sabotaje. Esta voz dice algo como:
“No voy a ser lo que tú quieres que yo sea”
“No te voy a dar lo que quieres”
“Voy a sufrir para hacerte sufrir”
“Me voy a auto derrotar para que tú no me derrotes”
“Voy a ser lo contrario a ti”
“Voy a hacer lo contrario a lo que me dices”
“Prefiero aplastarme yo a dejar que me aplastes”
“Te voy a culpar de todo lo que me pasa”
“Te voy a demostrar que yo puedo solo”
“Voy a ganarte”
“No te voy a obedecer”
Voz presente
Por otro lado, esta es la voz que todos hubiéramos querido tener, la que está observando sin juicio, acompañándonos, siendo testigo de lo que nos ocurre, mirándonos compasivamente, capaz de observar lo que pasa en nuestro alrededor y también dentro de nosotros.
Esta voz habla más o menos así:
“Estoy aquí para ti”
“Me doy cuenta que estoy asustada”
“Me está doliendo lo que estoy escuchando”
“Mi respiración no me abandona”
“Me doy cuenta que me angustia mirar ese anuncio”
“Cuando me gritan, me siento vulnerable”
“Me cuesta trabajo dejar de comer”
“Cuando hacen comentarios sobre mi cuerpo, me late fuerte el corazón y quisiera salir corriendo a esconderme”
“No me siento cómoda”
Voz amorosa y nutricia
Finalmente, esta es la parte de nosotros que quizás no estuvo tan presente y que olvidamos que tenemos, porque sí, todos la tenemos. A veces no la vemos porque los juicios nos han impedido reconocerla y porque se ha ocultado en conductas que parecieran inapropiadas.
Esta parte de nosotros busca y ha buscado siempre ponernos a salvo, algunas veces a costa de lo que sea: aislándonos, volviéndonos lentos, desconectándonos, compulsando, volviéndonos obsesivos, controladores, complacientes, adicto…
Créeme, aunque parezcan conductas destructivas, debajo de ellas hay un deseo profundo de encontrar seguridad y eso es un acto verdaderamente amoroso. Buscamos formas “piratas” de esa seguridad y ese amor cuando no las obtuvimos de forma natural, por ejemplo, si en casa había mucha violencia, desconectarte comiendo, quizás era la única forma de sentir paz, aunque fuera un poco.
Si ese amor lo traemos cada vez más a la superficie y escuchamos cada vez más nuestras necesidades reales, estaremos creando una nueva manera de elegir ya no desde la supervivencia, ni el miedo, ni la rebeldía, sino desde la seguridad y el merecimiento.
Esta voz habla así:
“¿Qué es lo más amoroso que puedes hacer por ti ahí en donde estas?”
“Voy a respetar mis límites”
“No tengo por qué hacer más de lo que en este momento quiero y puedo”
“No puedo tener el cuerpo de alguien más porque no tengo la vida de nadie más”
“Hay cosas que no puedo hacer y otras muchas que sí puedo hacer”
“Mi cuerpo merece respeto”
“No voy a lastimarme solo por tratar de agradar a los demás”
“Tengo el derecho a descansar”
“Tengo el derecho a decir que no”
“Mi cuerpo tiene necesidades y puedo atenderlas”
“No tengo que ser diferente para ser amado”
“Creo que necesito tomarme un tiempo para decidir”
“No tengo todas las respuestas y está bien”
“Necesito espacio”
Te invito a que revises tu lista de propósitos y observes desde cuál de estas voces salió, para que te sea más fácil incluir tus propósitos de año nuevo.
¿Cambiarías algo si saliera de tu voz presente y tu voz amorosa y nutricia?
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