Seguro que más de una vez te ha puesto en un aprieto. Ese sonido repentino en el estómago, ese ronroneo descarado que te retuerce en el momento menos adecuado: un ascensor, una reunión, en el cine, o simplemente, cuando todo el mundo está casualmente en silencio… ¿por qué nos ocurre, ¿qué provoca esa protesta biológica de nuestro estómago? Seguramente, como a muchos de nosotros, esta duda te ha asaltado en algún momento de tu vida, por eso en este artículo te daremos algunas respuestas a por qué nos suena o ruge el estómago cuando tenemos hambre.
La sabiduría natural: ¿Por qué nos suena el estómago cuando tenemos hambre?
Sí, no hay nada, absolutamente nada, con más sabiduría que la naturaleza. Ella, desde las señales que manda tu entorno o desde las alarmas que se prenden en tu organismo, te cuenta sobre aquello que no está funcionando bien o que te hace falta. Y el hecho de que el cuerpo sienta hambre no es la excepción. El porqué nos ruge el estómago está directamente relacionado con la manera en la que el cuerpo reconoce que hay que alimentarse y nutrirse. Entonces, para avisarte el sistema digestivo suena como el agua que escapa de las tuberías cuando nos duchamos, un sonido que en muchas ocasiones se convierte casi en un gruñido y que no parará hasta que lo alimentes.
El sistema digestivo se contrae: Así nos ruge el estómago
La respuesta principal a por qué nos suena el estómago cuando tenemos hambre está relacionada con el tracto digestivo, el cual se compone por la boca, el esófago, el estómago, los intestinos y el recto; todo ello conectado en forma de un tubo largo lleno de músculos. Cuando el estómago y los intestinos permanecen vacíos durante demasiado tiempo, los receptores que se encuentran en sus paredes generan ondas eléctricas que alertan al sistema nervioso.
Dicha alerta ocasiona que los músculos comiencen a contraerse de manera continua, produciendo ese sonido fuerte que, en términos científicos, es conocido como borborigmos. Este sonido comienza en la región inferior del estómago y se extiende a lo largo de todo el intestino en forma, como ya lo mencionamos, de contracciones.
El borborigmo es mucho más fuerte con la sensación de hambre, porque cuando el estómago está vació, los intestinos no impulsan comida a través de ellos, sino que impulsan aire para arriba y para abajo, ocasionando un eco que resonará sin ningún tipo de prudencia.
La responsabilidad no solo es del estómago: Por qué nos suena el estómago cuando tenemos hambre
Ahora bien, otra de las razones a por qué nos suena o ruge el estómago cuando tenemos hambre son los movimientos peristálticos. Estos movimientos no solo ocurren bajo esta circunstancia. A través de estos movimientos, también se obtienen los nutrientes y se amasan, mezclan y vierten compuestos químicos que permiten que el proceso de digestión ocurra. Ellos son, entonces, los responsables de hacer que la comida discurra a lo largo de los intestinos, siendo empujada desde la parte de arriba del intestino delgado hacia el ano. En este cúmulo de procesos químicos es habitual liberar gases y aire a modo de burbujas sonoras.
Pero aún hay más para saber por qué nos suena o ruge el estómago cuando tenemos hambre. Cuando el estómago está vacío, después de dos horas, emergen unas hormonas que nos hacen despertar la sensación de hambre. Esto estimula los nervios del estómago que hacen llegar una señal al cerebro, para que de este modo inicie la contracción de los músculos de sus paredes, con el fin de recoger los restos que puedan quedar de las comidas anteriores, tanto en el propio estómago como en los intestinos.
Estas contracciones generan sonidos y lo harán cada 10 o 20 minutos por cada hora hasta que volvamos a sentarnos frente a un sabroso plato o a que lo engañemos con un snack para pasar el rato.
A modo de conclusión vale mencionar que si el estómago suena constantemente, incluso cuando ya has comido, o viene acompañado de dolor o incomodidad excesiva, lo más recomendable es que visites a tu médico, ya que puede ser señal de que algo más está sucediendo en tu organismo.
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