Los conflictos en Ucrania, Oriente Medio y la relación con China son primordiales para la decisión de muchos votantes en el vecino del norte, en una elección que se pronostica cerrada
Washington.
Los dos candidatos a ocupar la Oficina Oval cuentan con visiones del mundo muy diferentes, y las elecciones del martes 5 de noviembre pueden cambiar radicalmente la política hacia Ucrania y otros socios internacionales.
Preferencia electoral a nivel nacional
48% Kamala Harris
46% Donald Trump
La vicepresidenta Kamala Harris propone en buena medida continuar la agenda de Joe Biden, aunque busca matizar el tema de Medio Oriente; mientras que una eventual victoria de Donald Trump puede significar una fuerte ruptura en la política exterior estadunidense.
Pocos temas dividen tanto a los dos candidatos como Ucrania. Trump ha hecho mofa de los miles de millones de dólares de ayuda estadounidense a Ucrania, al decir que Rusia, que inició la invasión en febrero de 2022, está destinada a ganar.
En el pasado, el expresidente ha mostrado admiración por el mandatario ruso, Vladimir Putin, quien recientemente calificó a Trump de “sincero” al intentar poner fin a la guerra en Ucrania.
El republicano ha sugerido el retiro de la ayuda estadunidense para forzar a Kiev a hacer concesiones territoriales y acabar con la guerra de forma rápida.
Trump también se ha burlado del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al llamarlo “el más grande de los vendedores” en referencia a su gestión para obtener la ayuda militar estadunidense, pese a lo cual, ambos sostuvieron una reunión cordial en septiembre.
Harris ha prometido mantener el apoyo a Ucrania y dijo en el debate de septiembre que “si Donald Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev justo ahora”.
La guerra de Gaza
Harris y Trump son proisraelíes, pero divergen en cuánta presión ejercer sobre el aliado estadunidense en sus casi 13 meses de guerra, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, extendida a Líbano y con ataques de toma y dame entre Israel e Irán.
Harris, al igual que Biden, ha dejado claro que seguirá armando a Israel, distanciándose de los llamados de la izquierda del Partido Demócrata a un embargo de armas por la seguridad de los civiles.
Pero Harris también ha defendido una “autodeterminación” palestina y vio en el asesinato del jefe de Hamás, Yahya Sinwar, una oportunidad para acabar con la guerra en Gaza.
Trump, cuya base republicana es incondicionalmente proisraelí, acusó a la administración Biden de intentar injustamente restringir a Israel y dijo que está en contacto regular con el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Como presidente, Trump tomó una serie de medidas históricas a favor de Israel, como el traslado de la embajada estadunidense a Jerusalén o los incentivos que dio a países árabes para reconocer al estado hebreo.
Pero él también tiene una compleja historia con Netanyahu, a quien critica por ser parte del grupo de líderes mundiales que reconocieron la victoria de Biden en las elecciones de 2020.
China, pieza clave
Trump ha atacado a China de forma incesante en sus discursos y ha prometido que impondrá masivas tarifas a los bienes provenientes de China, con el ánimo de impulsar la manufactura doméstica. Pero pese a sus declaraciones, también ha indicado que está abierto a buscar acuerdos con el presidente chino, Xi Jinping.
Harris ha subrayado la reticencia de Trump para tomar medidas similares mientras estuvo en el cargo acusándolo de que “básicamente nos vendió”, y que el ejército de China se beneficia de tecnología estadunidense.
En cuanto a los aliados internacionales, Trump se ha distanciado incluso de la OTAN, una de los grupos más importantes de Occidente.
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