Por: @inforneutra
Gritando: “Vengo de la protesta y nadie me quita la calle”, ¡pos estos!…
La institucionalidad que se pierde por la bilis “ideológica”.
Esa imagen de un hombre en silla de ruedas, luchando contra el sistema, dio la vuelta al país, de igual forma, emulará esa travesía que se hizo contra el resultado de la elección donde perdió en el 2018… que después ganaría, pero con una votación y números mediocres, que, de no ser por el candidato del PRI (Jiménez Merino), no gana en el interior del estado.
Ahora, todo cambió, trepado en el ladrillo, mareado en la soberbia que criticó y ahora, a diario, es su motor declarativo, a través del amago y la amenaza de conservar sus fuentes de empleo, mejor dicho, el “agradecimiento moral”, mezquindad en todas su formas, obliga a todos los “Godínez” a marchar, “uno, dos, uno dos”, pasan lista, los vítores de cajón; “Viva Morena, Viva la 4T, Viva Barbosa, Viva Puebla”… salvan su chamba… pero irán de malas.
Sus genuflexas plumas, alabaran en primera plana el éxito total, correspondiendo a esa publicidad de cada mes que salva su nómina.
Sin mencionar jamás, que un gobierno que se presume institucional, no puede promover un ente político.
¿Quién ira en su otro flanco, en esa marcha llena de simbolismos y mensajes?
En uno, estará inamovible, su fiel compañera de vida…pero ¿y del otro lado?
Sabemos que el gobernador es de afectos.
Ojalá tanta lambisconería, se refleje en dinero federal para obras que faltan, y que los poblanos esperan.
Digo
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