Por: @inforneutra
Decían del fallecido ladrón "Nooombre, lo que le sabe al morenovallismo"… y después, nadie se quiere nombrar “barbosista”, ósea, el que llegue, nos vale a los ciudadanos de a pie, que no sustentamos nuestra felicidad en ubre oficial, con vigencia.
La vigencia de la gente en los puestos es efímera, aunque los ratifiquen, el dinero se acaba, el poder se disfruta, desgasta y acaba por igual a la clase política color “cartón” y a los “güeritos” también… si en ese devaneo con el maldito poder conservaron la dignidad, pues a toda madre, pero si durante sus estadías en la cumbre hizo fregadera y media, saldrá con una espantosa X en la espalda estará para siempre con la cara tiznada… ejemplos ocultos por los medios baja braguetas hay de sobra, los Barbosa, Julio Huerta, Erik Cotoñeto, Cindy Jiménez, Denisse Ortiz, Blanca Alcalá… y los que se nos escapan de la mente…
Muchos con hijos pequeños, con el miedo de que al crecer les cuenten las “graciosadas” de sus padres, graciosadas que estos dirán “que me lo comprueben” o con el cinismo de decir que “nunca me comprobaron nada”…
En el caso de tener hijos ya con una posición de poder negociada desde la cañería del juego llamado poder, que ellos mismos las lean, ya que la mayoría de los hijos de la gente en el negocio de la política y de puestos se dedican a hacer del servicio público un “negocio familiar”…
Horror o una enorme carga de cinismo, que tu hijo y tu familia sepa que eres asesino, que eres corrupto, que eres ladrón, que metiste al bote a inocentes, que despojaste casas y terrenos... y que de eso vive y vivirá cuando ya no estes y sea bajo el dicho de que “es que trabajó mucho siempre”…
Qué historias se tejen bajo esa máxima, sus latrocinios en su mayoría históricamente dividen a la familia, en otros casos, son todos alcahuetes, y callan el hocico, pues saben los juniors que gracias a los robos del padre, ellos viven a todo dar y van por el mismo camino.
Por eso los pantalones mojados de los nervios, por eso las ansias como malquerida que dejó un recado en el saco de su amante, y por eso los miedos de adolescente al llegar a la casa alcoholizado…
Que padre, son manojo de nervios, pero que tal trataban con la punta del pie a sus Godínez saca-copias, a sus carga bolsas…
Que triste imagen para unos cuando “el jefe valió madre”… silencio sepulcral en la oficina, para otros fiesta y gozo...
Digna foto de un retrato que personifica el fracaso y la derrota que deja la lección, de una de las leyes del poder: “Nunca ofendas a la persona equivocada”
Así es esto.
Gracia a Dios el ciudadano de a pie no tiene vigencia, y el título de ciudadano, ningún poderoso lo rebate ya que fue, es y será la carne de cañón para llegar a la tan ansiada posición…
¡Oh si!
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