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Razones para no arrancarte las costras. ¡En serio no lo hagas!



¿Si tienes la costumbre de arrancarte las costras de la piel antes de que se caigan? Esa manía puede ser peligrosa para tu salud.

Lilo selecciones.com.mx


Cuando nos hacemos una herida, nuestro cuerpo tiene una forma natural de sanarla. Una parte esencial de este proceso de curación implica la formación de costras. Sin embargo, puede ser tentador arrancar las costras (y posiblemente lo has hecho, no lo niegues), ya sea porque nos resultan molestas o porque creemos que aceleraremos el proceso de curación. Mantener alejadas las manos a veces es complicado y más si son niños.


“Las costras son tentadoras de arrancar, ya que algunas personas sienten satisfacción o regocijo al hacerlo”, ha explicado Marisa Garshick, profesora clínica adjunta de dermatología en el Carnell-New York Presbyterian Medical Center, según ha recogido Livestrong. “Algunas personas lo hacen como parte de su lucha contra la ansiedad, el estrés o el aburrimiento“.


¿Por qué se forman las costras?


Las costras son la forma que tiene nuestro cuerpo de proteger y ayudar a sanar las heridas. Cuando nos raspamos, rasguñamos o cortamos, las plaquetas intervienen, formando un coágulo, como una especie de pegamento y vendaje protector en la herida, evitando que la sangre u otros líquidos sigan fluyendo.


Conforme el coágulo se endurece y seca, se forma una costra, la cual sirve para proteger el corte o rasguño, manteniendo alejados a los gérmenes, suciedad o cualquier agente externo para que las células debajo puedan cicatrizar, según señala la Fundación Nemours.


De esta forma, con el paso del tiempo se logra crear una nueva capa de piel y la costra cae por sí misma. Este proceso lleva entre una y dos semanas.


Cómo promover una cicatrización adecuada sin arrancarlas



Aunque arrancar las costras puede parecer tentador, es importante resistir y permitir que el proceso de curación siga su curso natural. Aquí hay algunas medidas que puedes tomar para promover una cicatrización adecuada sin interferir con las costras:


  1. Mantén la herida limpia: Lava suavemente la herida con agua tibia y jabón suave para mantenerla limpia y prevenir infecciones. Evita frotar o raspar la costra mientras te lavas.

  2. Aplica un apósito: Si la herida está expuesta y en riesgo de suciedad o roce, cubre la costra con un apósito estéril. Esto ayudará a proteger la herida y evitará que te sientas tentado a arrancarla.

  3. Evita rascarte: Es normal que las costras puedan causar picazón, pero rascarte solo empeorará las cosas. Intenta no tocar ni rascar la costra para evitar dañarla.

  4. Mantén la herida hidratada: Aplica una crema o ungüento recomendado por tu médico para mantener la herida hidratada. Esto ayudará a prevenir la formación de costras secas y frágiles que puedan ser más tentadoras de arrancar.

  5. Consulta a un profesional médico: Si tienes alguna preocupación sobre la herida o el proceso de cicatrización, es mejor buscar el consejo de un profesional médico. Ellos podrán evaluar adecuadamente la herida y proporcionarte orientación específica.


Si quitas una costra cuando esta aún no está lista para caerse puede provocar que la herida tarde más tiempo en sanar. Es probable que en el momento de quitarla la herida vuelva a sangrar. Y, no solo eso, saldrá una nueva costra en su lugar. Al dejar la herida abierta existe un mayor riesgo de que esta se infecte y podrías dejar marcada tu piel con una cicatriz.


Así que mejor evítalo. Conclusión: Deja que las costras hagan su trabajo.

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