Déjà vu o paramnesia es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. Es una alteración de la memoria por la que el sujeto cree recordar situaciones que no han ocurrido o modifica algunas circunstancias de aquellas que se han producido.
Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac (1851-1917) en su libro L’Avenir des sciences psychiques (‘El futuro de las ciencias psíquicas’), basado en un ensayo que escribió mientras estudiaba en la Universidad de Chicago, es una construcción francesa que significa literalmente «ya visto».
En los últimos años el déjà vu ha sido sometido a seria investigación psicológica y neurofisiológica. Su explicación más plausible es que el déjà vu no es un acto de «precognición» o «profecía» sino más bien una anomalía de la memoria: la impresión de que una experiencia está «siendo recordada».
Esta explicación se ve corroborada por el hecho de que en la mayoría de los casos la sensación de «recuerdo» en el momento es fuerte, pero las circunstancias de la experiencia «previa» (cuándo, dónde y cómo ésta ocurrió) resultan bastante inciertas. Asimismo, a medida que el tiempo pasa, los sujetos pueden exhibir un fuerte recuerdo de haber sufrido la «perturbadora» experiencia de déjà vu en sí misma, pero ningún recuerdo de los sucesos o circunstancias específicas que estaban «rememorando» cuando tuvieron dicha experiencia.
En particular, puede ser el resultado de un solapamiento entre los sistemas neurológicos responsables de la memoria a corto plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al presente) y los responsables de la memoria a largo plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al pasado).
Muchos teóricos creen que la anomalía de la memoria sucede cuando la mente consciente tiene un ligero retraso en la recepción de las entradas perceptivas. En otras palabras, la mente inconsciente percibe el entorno antes que la mente consciente. Esto provoca que la propia consciencia perciba algo que ya está en la memoria, incluso a pesar de que lo esté solo un instante de diferencia con la percepción.
Según la explicación del Dr. Simón Álvarez, los humanos tenemos una serie de recuerdos que se mantienen de forma débil en nuestro cerebro, y muchas veces, vivimos situaciones que traen estos recuerdos a flote nuevamente, haciendo que nuestro cerebro cree una falsa sensación de familiaridad. Como dichos recuerdos han sido ‘guardados’ de forma vaga pensamos que en realidad estos no existían…
Artículo recuperado de culturizando.com
Comments