El proyecto ha sido recibido por varias destilerías que promueven una producción respetuosa con el medio ambiente
Ingenieros de la Universidad Autónoma de Chapingo por medio del Centro Regional Universitario Sur se han convertido en aliados de suma importancia para dar un respiro a los campos oaxaqueños, que ya están abarrotados de maguey espadín. La institución apuesta por el rescate, multiplicación y difusión de otras variedades de especies que se usan para hacer mezcal.
Con el proyecto denominado Maguey - Mezcal, Efraín Paredes, profesor investigador de la Universidad de Chapingo, implementó el método de micropropagación en al menos 20 especies de magueyes diferentes al espadín. La micropropagación es una técnica de cultivo de células que permite la multiplicación masiva in vitro de las plantas, pero a corto plazo.
La micropropagación inicia en el campo donde se hace la selección de hijuelos de maguey, de buen tamaño y buen contenido de azúcares; las pequeñas plantas se llevan al laboratorio donde se limpian y se desinfectan para introducirlas en frascos que permanecerán a una temperatura de entre 29 y 32 grados centígrados durante tres o seis meses. Posteriormente las plantas son trasladadas a un invernadero para su aclimatación, se colocan en charolas y se mantienen bajo control de humedad, luz y temperatura durante tres meses más. Finalmente, cuando maduran están listas para llevarse al vivero donde continúan su crecimiento sano.
Este método utilizado en plátanos, café y orquídeas no había sido explorado en los agaves, desde hace una década la Universidad de Chapingo rescata especies endémicas como el tobalá, cuishe, verde, papalote, jabalí y sierra negra, entre otros, a través de la micropropagación.
“La gran ventaja es que la mayoría de las especies, una vez que las estableces ya en campo, sí generan hijuelos y también si las dejas florar, también generan hijuelos de quiote y también generan semillas. Parte de los mitos que habían era que nos decían que los magueyes que se reproducen en laboratorio no sobreviven, hemos tenido sobrevivencia del 99%”, explicó el investigador Efraín Paredes.
En los valles centrales de Oaxaca, el municipio de Zimatlán de Álvarez es parte del imperio mezcalero con más de 50 hectáreas plantadas de maguey cultivado in vitro, donde se tienen más de ocho especies distintas. El proyecto Maguey Mezcal ha sido adoptado por
destilerías como Los Danzantes que promueven una producción apegada al proceso artesanal y en armonía con el medio ambiente, empleando especies nativas diferentes al maguey espadín.
A nivel mundial hay alrededor de 214 especies del género agave, en México se tienen aproximadamente 176 y en Oaxaca crecen al menos 60, de las cuales 30 son utilizadas para hacer mezcal, pero hay una que es sobre explotada. En 2023, de la producción total de mezcal a nivel nacional, el agave angustifolia (espadín) fue el principal empleado para la producción con el 86.31%, seguido del maguey tobalá con solo el 2.42%, maguey barril con 1.92%, maguey cuishe con 1.35%, maguey cenizo con 1.04%, maguey verde con 0.98%, maguey papalote con 0.60% y otros agaves con el 5.38%.
Con la micropropagación de especies, los investigadores de la Universidad de Chapingo se han convertido en guardianes mezcaleros tras lograr rescatar especies como el maguey sierra negra de difícil cultivo y reproducción, dándoles un manejo sustentable a las plantas y cuidando su crecimiento con productos orgánicos.
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