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Secretaria General de la UNAM estrechará lazos con autoridades



Como mano derecha del rector, Patricia Dávila buscará un acercamiento con los alumnos y a la comunidad académica, pero también al gobierno

 

Ante la posibilidad de que una mujer emanada de la UNAM llegue a la Presidencia de la República, desde la Secretaría General de la misma, Patricia Dávila buscará construir lazos que permitan apoyo mutuo entre la Universidad y el gobierno.

 

En entrevista con medios nacionales, la secretaria general número 47 en la historia de la máxima casa de estudios mencionó su optimismo ante la llegada de un nuevo gobierno,en 2024.

 

    “Veo con mucho ánimo que vamos a hacer estos puentes, que vamos a trabajar más que ahorita, porque ahora se trabaja mucho, pero quizá con nuevas ideas, nuevos programas estratégicos”, anticipó.

 

Además, como mano derecha del nuevo rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, adelantó que impulsará una reestructura que permita una mayor vinculación con alumnos, académicos y directores.

 

Destacó que, como lo ha hecho toda su vida, caminará “rompiendo inercias” y promoverá la cercanía con la comunidad universitaria.

 

    “Quiero estar más cerca, escuchar. Necesitamos ser un poquito más eficientes para poder llegar a más gente”, expresó.

 

    Veo con mucho optimismo que vamos a entrar en una relación muy buena con quien quede en la Presidencia y a lo mejor podemos construir algunos puentes que nos permitan apoyarnos mutuamente.” Patricia Dávila, Secretaria general de la UNAM.

 

Tarea: acercarse a la comunidad

 

La nueva secretaria general de la UNAM trabaja en una reestructura para estar más vinculada a alumnos, académicos y directores.

 

Fiel a su estilo, con tenis en lugar de zapatos de tacón, Patricia Dávila adelantó que como secretaria general de la UNAM caminará “rompiendo inercias” y dando un nuevo rostro a la oficina que por más de 100 años sólo había sido ocupada por hombres.

 

    “El rector Leonardo Lomelí y yo somos complementarios, no somos iguales y esto de la complementariedad es algo positivo; sí le voy a dar un poquito una nueva cara a la Secretaría, no solamente en la estructura, sino en mi trabajo con otras secretarías, en cómo nos ligamos con otras secretarías y, por supuesto, cómo bajamos a trabajar con el bachillerato, las escuelas y facultades. Soy de a pie, insisto, y quiero estar más cerca, escuchar. Necesitamos ser un poquito más eficientes para poder llegar a más gente”, reconoció.

 

Dávila es una mujer con un gusto especial por viajar, convivir con amigos, familia y mantenerse activa. Por las mañanas realiza religiosamente de 30 a 40 minutos de bicicleta y por las tardes, cuando la agenda se lo permite, hace una caminata de alrededor de tres kilómetros en Ciudad Universitaria.

 

Amante de las cactáceas y las biznagas, Dávila fue una bióloga “de bota y no de bata”, que recorrió durante años las regiones áridas y semiáridas del país y le encantaba acampar. Se autodefine como una mujer sencilla, pero capaz de tomar decisiones difíciles.

 

A sus 68 años se convirtió en la secretaria general número 47 en la historia de la UNAM. Aspiró a ser su primera rectora, en un proceso en el que llegó hasta la final. Al día siguiente de su designación como rector, Leonardo Lomelí la invitó a ser su mano derecha.

 

Desde esa posición quiere empujar para que la Universidad no se desfigure y avance de manera permanente. Así que desde el primer día comenzó a operar una reestructura para estar más cerca de alumnos, académicos y los directores, a través de coordinadores que funjan como enlaces.

 

    “La Secretaría General es el apoyo principal del rector, trata cualquier asunto que necesite hablar, echar a andar o impulsar; es la dupla, dirigida por el rector, que estará decidiendo muchas de las acciones y actividades que se hacen en la Universidad. La Secretaría General tiene a su cargo el Colegio de Directores y a los directores de escuelas, facultades y bachillerato, ni más ni menos; o sea, la parte más voluminosa en el sentido de personas y también, quizá, de problemas que hay. También tiene todo lo relacionado con la orientación y apoyo a estudiantes, becas, con vinculación de egresados, con las escuelas incorporadas, tiene que ver con muchas áreas”, enumeró.

 

Acostumbrada a convivir en un ambiente de hombres, Dávila es una mujer directa a la que no le gusta el “bla, bla, bla”.

 

“A donde uno llega como mujer nueva, hay que caminar y como le hace uno: demostrando, no tanto con palabras. A ver, vamos a trabajar con las mujeres, pero también con los hombres. No me importa si son directores o directoras, yo los tengo que apoyar y ayudar.

 

    “Y yo tengo rompiendo inercias, no de ahora, sino de toda la vida, y la inercia se rompe hablando como pares, igualito; se rompe entendiendo que tenemos que estar en un ámbito de respeto, en un ámbito de iguales, se rompe diciendo que lo que queremos es mejorar, y se rompe poniendo las reglas del juego claras, que son: ‘tenemos que trabajar juntos’”, explicó.

 

Entusiasmada por ser la primera secretaria general de la Universidad, consideró que su entrada a los ámbitos de decisión de la máxima casa de estudios es lo que está pasando ya en muchas partes de México, como la posible llegada de la primera Presidenta en 2024.

 

    “Este gobierno está en su etapa final, sabemos que el Presidente ha sido sumamente crítico y, a diferencia de lo que dicen muchas otras personas, nosotros estamos acostumbrados a que nos estén criticando todo el tiempo. Las críticas son muy buenas si uno sabe aceptar, pero hay críticas que no se fundamentan y que las podríamos estar refutando todo el tiempo, pero entrar a una controversia todo el tiempo no es una estrategia buena; es decir, creo que aceptamos las críticas constructivas”, expuso.

 

Ante este escenario, Dávila ve con mucho optimismo la llegada del nuevo gobierno con el que piensa que puede haber una buena relación.

 

“Porque todo parece indicar que va a ser mujer, no sabemos quién, pero va a ser mujer. Ambas son universitarias (Sheinbaum y Gálvez), de ámbitos diferentes, pero más pegándole a la parte científica, lo cual me da mucho gusto en lo personal. Creo que ambas tienen la capacidad para entender la importancia de la educación desde la primaria, pero en especial la educación de universidad: media, superior y posgrado. Veo con mucho optimismo que vamos a entrar en una relación muy buena con quien quede en la Presidencia y a lo mejor podemos construir algunos puentes que nos permitan apoyarnos mutuamente.

 

    “Veo con mucho ánimo que vamos a hacer estos puentes, que vamos a trabajar más de lo que trabajamos ahorita, porque ahora se trabaja mucho, pero quizá con nuevas ideas, nuevos programas estratégicos”, visualizó.

 

A partir de esta semana despachará en el piso 7, donde se encuentra la Secretaría General. Entre los temas a resolver que no dependen directamente de ella, se encuentran las irrupciones violentas a planteles de la UNAM por parte de encapuchados.

 

    “En la Universidad siempre hay quien quiere interferir. ¿Quién manda a estos jóvenes a hacer estas cosas? No lo sabemos, es muy difícil y seguramente no es un quién, sino son quiénes, y eso es parte de lo que el señor rector estará trabajando”, concluyó.

 

    A donde uno llega como mujer nueva, hay que caminar y como le hace uno: demostrando, no tanto con palabras. A ver, vamos a trabajar con las mujeres, pero también con los hombres. No me importa si son directores o directoras, yo los tengo que apoyar y ayudar.” Patricia Dávila, Secretaria general de la UNAM.

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